La vida le puso un reto muy grande a Osmar, un pequeño de 8 años que tiene una condición llamada Síndrome de la regresión caudal, un problema que se caracteriza por un desarrollo anormal del extremo inferior de la columna vertebral, pero esto lo ha convertido en un reto por eso se prepara, entrena duro en el gimnasio y fortalece sus brazos como todo un guerrero.
“Me llamó mi cerebro, me dijo haz ejercicio y lo hice. En todos los que hay (aparatos de gimnasio) puedo hacer ejercicio, pero no tan pesados, no tan muy pesadotes no, un poco pesaditos”, comentó Osmar.
Osmar encontró en el deporte una forma para superarse ante su discapacidad, sabe andar en patineta, le gusta hacer lagartijas y hace ejercicios con profesionales e incluso le gustaría ponerse los guantes y practicar boxeo: “A mí me gusta el box, y la verdad nunca voy a dejar de hacer el box hasta que se acaben las pesas”.
Susana Rodríguez, quien es fisioterapeuta está orgullosa porque Osmar tiene un avance con los ejercicios que hace en el gimnasio: “Ha crecido mucho nosotros hemos visto como se ha desarrollado poco a poquito, ha agarrado bastante fuerza en lo que es su tren superior y estamos muy contento de que esta aquí con nosotros”.
En el difícil andar de él y su madre se encontraron en su camino a “ángeles” que les han apoyado para encaminarlo en el deporte y su educación, uno de ellos es el activista Miguel Ibarra a quien Osmar le dice “tío”.
“Yo estoy tratando de integrarlo a la vida social como cualquier otro niño, el desconocía por ejemplo la escuela, que una fiesta, una posada, entonces yo estoy tratando de integrarlo a todos esos ámbitos, para mí lo principal es la educación y luego el deporte. Él nunca había ido a la escuela, entonces estoy tratando junto con la maestra Coco Vázquez, del programa Educando para la Vida, de ponerlo a tiempo como un niño de 9”, dijo Miguel Ibarra.
Además de ser un deportista, Osmar se ha convertido en un ejemplo para sus compañeros de gimnasio y para las personas que lo conocen, pues pese a su discapacidad demuestra que cuando se quiere se pueden lograr metas.
“Me gustaría inspirar a mucha gente a hacer deporte. Y a mí me gustaría estar grande para poder agarrar las pesas más pesadas del mundo”, dijo un motivado Osmar.
Susana Rodríguez sabe del empeño que pone Osmar a sus entrenamientos y de su sueño de algún día competir en eventos grandes “él quería venir con nosotros para que lo entrenáramos y que pudiera llegar en algún momento dado a ir a las olimpiadas”, por lo que lo apoyará para guiarlo por el camino del deporte.
Mientras que Miguel Ibarra destacó que hay jóvenes que conocen su historia y eso le ayuda a Osmar pues “él se motiva mucho con ellos, y ellos también al verlo, él valora la vida porque tiene el panorama más amplio que mucha gente”.
Osmar ya cuenta con apoyo para fisioterapia y educación, pero le hace falta atención médica y un psicólogo para poder continuar con su vida por lo que se hace un llamado para apoyar a este pequeño deportista, para mayores informes se pueden comunicar con Miguel Ibarra al teléfono 4443116414.