Coxcatlán municipio intrínseco de la Huasteca Potosina, cuenta con una de las plantas comestibles más singulares del país y el mundo, la cual solo se consigue atravesando más de 230 kilómetros de distancia desde la capital de San Luis Potosí; se trata de los Pichocos, Pemuches o Colorines.
Arturo Orduña López originario de este municipio, compartió para El Sol de San Luis, que se trata de una flor identitaria de todo el territorio huasteco y la cual solo tiene una única temporada de crecimiento y recolección.
Los Pemuches son una planta milenaria, que nace de un árbol emblemático para la cultura azteca, el cual es conocido como zompantle. Mismo que se ha convertido en un árbol endémico en diversas zonas de la Huasteca Potosina de la cual florecen a tres metros de altura los también conocidos Colorines.
Esta planta ha sido utilizada en la gastronomía ancestral por diversas civilizaciones prehispánicas en México, la cual solo florece entre los meses de febrero, marzo y se recolecta únicamente a principios de abril.
“Este árbol es aún considerado sagrado por algunas comunidades y pueblos originarios indígenas de aquí de Coxcatlán. Sabemos que para los aztecas era una flor o planta muy especial utilizada par diversos platillos del México prehispánico y sus semillas incluso hoy día son utilizadas para elaborar joyería artesanal”, explicó Orduña López.
Los Pichocos como también les llaman, han adquirido otros nombres singulares que les han dado los pobladores de la Huasteca Potosina a través del tiempo. Esta planta se puede conseguir con el nombre de gasparines, machetitos y flor de colorín. Su nombre científico es Erythrina Coralloides y pertenece a la familia de las leguminosas.
Sin embargo, Orduña López menciona que el origen de la palabra “Pemuche” proviene del Náhuatl y significa “casa del agua sagrada”.
El consumo de los Pamuches, tiene que ser cuidadoso y elaborarse de la manera tradicional, ya que de esta floración se ha registrado por muchos años, que se trata de una planta altamente peligrosa si no se sabe consumir de la forma adecuada.
“Para poder comerla hay que quitarle el frijolito que tiene en su cabeza. Esta parte es altamente tóxica para las personas pues funciona como un narcótico que puede producir hasta parálisis. Lo recomendable es limpiarlos bien y elaborar las recetas que por años se han realizado aquí en Coxcatlán”.
No obstante, los Colorines tienen muchas propiedades medicinales benéficas, según lo relatado por el señor Arturo, pues este uso recobra parte de la identidad ancestral de hierberos y curanderos de esta zona del estado.
Él menciona que a esta flor se le atribuyen muchos beneficios a la salud de las personas, pues su preparación puede servir como una sustancia antirábica, antivaricosa, calma el dolor de muelas y es antiinflamatoria; tambien cuenta con propiedades y sustancias hipnóticas, donde esta planta comúnmente es utilizada en rituales sagrados.
Dentro de los platillos más tradicionales que se pueden cocinar con los pemuches, se encuentran los frijoles negros hervidos con epazote y chile. También el huevo con pichocos , en tamales y secos con ajonjolí.
“Hay muchas maneras de prepararlos, pero aquí en Coxcatlan lo común es que se preparen con flijoles y adobo, mismo que ponen en tamales de hoja de plátano. Sus flores fritas o hervidas son muy apreciadas como complemento alimenticio”.
Por ultimo es preciso señalar que, esta plante es mayormente consumida durante temporada de Semana Santa y que es hasta el 15 de abril que puede consumirse, ya que es el tiempo estimado que termina la floración del árbol de Zempantle y habrá que esperar un año más para poder volver a comerlas. Esta planta se puede llegar a vender hasta 80 pesos el kilo, sin embargo, puede conseguirse fácilmente en los caminos de algunas de sus comunidades y microregiones, sin costo alguno.