Sainete entre inspectores y ambulantes, policías sólo de espectadores

Un nuevo intento de desalojo de las comerciantes ambulantes que el año pasado fueron desalojadas de la Plaza del Carmen y que ahora se instalaban a un costado de la Catedral, provocó un altercado en el que parte de la mercancía quedó en el suelo y otra fue decomisada.

Este miércoles, comerciantes ambulantes con venta de dulces típicos comenzaron a instalarse a un costado de la Catedral Metropolitana con motivo del 14 de febrero, sin embargo inspectores de la Dirección de Comercio se presentaron en el lugar y trataron de evitar la instalación, lo que provocó un altercado con las mujeres.

Adela López Navarro, una de las comerciantes involucradas, señaló que cada año se instalan en este lugar en días festivos con la venta de dulces artesanales, por lo que justificó que se trata de un giro tradicional permitido en el Centro Histórico, y acusó que en el intento de desalojo hubo violencia a pesar de que sólo estaban mujeres y niños, además de que les decomisaron seis charolas con 50 piezas de dulce cada una.

Los jaloneos entre inspectores y las mujeres llevaron a que ciudadanos que pasaban por el lugar se involucraran en diferentes maneras, algunos se limitaron a observar mientras otros intercedieron por las mujeres, grababan o pedían a los policías presentes que detuvieran las agresiones.

Los comerciantes arremetieron contra Rocío Zavala, directora de la Unidad de Gestión del Centro Histórico, a quien acusan de ser autora de los desalojos, y apuntaron que dicha área aún no cuenta facultades para ordenar este tipo de acciones, además de que reprocharon que a comerciantes foráneos que participan en el Festival del Chocolate sí les hayan permitido instalarse en la Plaza del Carmen a pesar de que se dijo que las plazas debían estar “limpias” de puestos, mientras que a ellas no se les permitió quedarse en un callejón peatonal.

Cabe mencionar que mientras había alrededor de 20 inspectores de Comercio, la presencia policiaca era de menos de cinco elementos que sólo observaban a distancia. Al final, uno de los puestos fue instalado sobre el pasaje Zaragoza.