Alrededor de 60 recolectores de basura que todavía utilizan animales como motor de arrastre de sus vehículos en la capital potosina, son supervisados por la dirección de Gestión Ecológica y Manejo de Residuos del Ayuntamiento ya que deben cumplir con ciertos requisitos.
Se destacó que aunque la Ley Estatal de Protección Animal no prohíbe el uso de animales en las tareas de recolección de desechos, desde esa dependencia se ha procurado que se opte por el arrastre mecánico.
En lo que va de la administración, al menos una decena de recolectores cambiaron a la segunda opción: Se contaba con un padrón de poco más de 70 recolectores que utilizaban vehículos de tracción animal, que a la fecha se redujo a alrededor de 60, al elegir unidades motorizadas o, en su caso, no cumplir con las condiciones para obtener el permiso.
En el caso de aquellos que todavía utilizan animales como motor de arrastre, se explicó, deben observar ciertas condicionantes, como no cargarlos con peso excesivo, darles periodos de descanso o proporcionarles alimento adecuado.
Sin embargo, el permiso no se otorga si el recolector no presenta un certificado veterinario, y otros ordenamientos. Inclusive, se les puede retirar si invaden otros municipios ya que la autorización es solamente para operar en la capital potosina.
Con respecto a las supervisiones, se destacó que durante las mismas los inspectores determinan si el animal de arrastre sufre o ha sufrido algún maltrato; en tales casos, es decomisado y llevado al Rastro Municipal donde queda a resguardo. Las revisiones se realizan en el área de transferencia del tiradero de Peñasco.
También se atienden reportes ciudadanos, aunque en varios casos denunciados -con videograbaciones- resulta que corresponden a otras ciudades del país; se pidió verificar antes de enviar reporte, y aportar todos los datos posibles, calle, colonia, hora del presunto maltrato o vista de animal con heridas, síntomas de enfermedad o cansancio, etc.
Igual sucede en aquellos casos donde hay invasión de animales de granja que pastorean en camellones o rondan por calles de la ciudad: Son retirados y resguardados en el rastro hasta la aparición de su o sus propietarios que, para recuperarlos, deben pagar una sanción económica.