Hasta la fecha, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha realizado alrededor de 300 verificaciones con motivo de la Cuaresma, de las cuales no ha resulta ninguna sanción, informó Genaro Martín Zúñiga Soto, director de zona de la dependencia federal.
El pasado 22 de febrero la Profeco puso en marcha el Programa de Verificación y Vigilancia para la temporada de Cuaresma, mismo que concluirá el 7 de abril; al respecto, Zúñiga Soto indicó que durante el operativo se atienden las denuncias en contra de proveedores de bienes, productos y servicios con el fin de que ajusten su comportamiento a lo dispuesto en la Ley Federal de Protección al Consumidor, que los bienes y productos cumplan con la información comercial y las especificaciones de las Normas Oficiales Mexicanas, y que los instrumentos de medición como básculas y relojes registradores se encuentren ajustados y calibrados.
Explicó que se realizan verificaciones en atención a denuncias, pero también hay actividades en presencia y recorridos por parte del personal en los principales lugares de comercialización de productos de la temporada. Los establecimientos que son verificados en este operativo son: centrales de abastos, pescaderías, mercados, tiendas de autoservicio, misceláneas, abarroteras, verdulerías, restaurantes, pollerías, fruterías, venta de chiles secos y semillas.
Los elementos que se revisan son: que cuenten con información de precios y exhibición de tarifas, respeto a los precios y tarifas, entrega de comprobantes de pago, cumplimiento de ofertas y promociones, respeto de garantías, no condicionar ni negar la venta de productos, bienes y servicios, no aplicar incrementos injustificados, y no realizar prácticas discriminatorias.
Precisó que hasta el momento se han realizado alrededor de 300 verificaciones a establecimientos relacionados con la Cuaresma, de las cuales no ha resultado ninguna sanción; explicó que las sanciones que aplica la Profeco dependen de la irregularidad en que incurran los establecimientos.
Entre las recomendaciones que da la dependencia a la población, está consumir pescados de especies marinas económicas como Lisa y Curvina que se venden en 30 y 50 pesos el kilo respectivamente, que son menos costosas que especies como el Salmón que cuesta 330 pesos, y el Robalo que se vende en 303.50 pesos.
Así mismo, recomendó que al momento de comprar productos marinos, se revise que los ojos de los pescados estén transparentes y ligeramente saltados, que sus agallas presenten un color rosado o rojizo y estén firmes, y los camarones deben ser traslúcidos y brillantes.
Zúñiga Soto también pidió que al detectar alguna anomalía, marquen o acudan a presentar su queja a la Profeco para poder ir a sancionar al establecimiento.