Convento de Carmelitas, colegio privado, edificio gubernamental y museo, son los variados usos que se le han dado al inmueble que se encuentra junto al Templo de Nuestra Señora del Carmen, hoy sede del Museo del Virreinato.
La historia comienza en el siglo XVIII con la llegada del español Nicolás Fernando Torre, quien se asienta en San Luis Potosí en búsqueda de fortuna, para con el paso de los años convertirse en un exitoso hacendado; entre sus posesiones más significativas estuvieron las Haciendas del Rosario y de Peotillos.
Lo anterior según los datos del investigador e historiador Fernando Chavira López, quien narró los detalles del histórico edificio -incluso antes de su construcción- a El Sol de San Luis.
Fernando Torres se casó con una aristócrata de la época, de apellidos Maldonado Zapata, amasando entre los dos una inmensa fortuna, con la que financian la construcción de varios inmuebles y grandes obras, como el retablo que se encuentra en Guadalcázar.
Fervientes devotos de la Orden de los Carmelitas, quienes entonces no tenían presencia en San Luis Potosí, en su vejez la pareja decide emigrar a la ciudad de Querétaro para ejercer esa devoción y donde finalmente heredan gran parte de sus posesiones y fortuna a la congregación, con la condición testamentaria de que se establecieran también en nuestra entidad.
Con los incalculables recursos heredados se construyen y fundan tres templos: el del Carmen, el de San José, así como el Beaterio de San Nicolás y anexo a este una “Casa para Educandas”, destinada a niñas de escasos recursos.
Esta última casa de estudios, ubicada en la actual calle de Álvaro Obregón donde hoy se ubica la mueblería La Elegancia, fue cerrada ante la promulgación de las Leyes de Reforma.
Entre las obras que los Carmelitas construyeron luego de establecerse en la capital potosina destaca el templo del Carmen y sus anexos que, se dice, llegaban a la calle que conocemos como Universidad y que entonces se llamaba “Avenida de la Fuente”, incluidos los amplios terrenos donde más tarde se construyó el Teatro de la Paz, ya que en ese entonces no existía el pasaje Iturbide.
Cumpliendo el sentido encargo, los carmelitas establecieron en las construcciones aledañas a su templo principal el convento de su congregación, que años más tarde se cierra y, -este es un dato relevante y poco conocido, destaca Chavira López- da paso a la fundación, hace más de un siglo, del Colegio Sagrado Corazón.
HISTORIA MODERNA
Dicha institución se cambió en tiempo de Gonzalo N. Santos a su actual sede, en la colonia Moderna, por ahí de los años sesenta; para dar paso a la Secretaría de Salubridad a nivel federal.
Finalmente, como una pequeña parte de la historia del inmueble, relata el historiador, al iniciar el actual siglo XXI, el gobernador Fernando Silva Nieto lo convierte en Museo del Virreinato, cuyas puertas están abiertas hasta nuestros días.
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