Mensaje de Navidad y Año Nuevo del Arzobispo de San Luis Potosí

A todo el pueblo de Dios que peregrina en la arquidiócesis de San Luis Potosí y a los hombres de buena voluntad

Angélica Maldonado | El Sol de San Luis

  · jueves 21 de diciembre de 2023

Cortesía | Arquidiócesis Potosina

«Y dio a luz a Su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la habitación» (Lc 2, 7)

Muy queridos hermanos, con este mensaje le pido al Señor múltiples bendiciones para ustedes al celebrar el Nacimiento del Hijo de Dios, el Emmanuel, el Dios con nosotros, nuestro Redentor.

«Dios con nosotros» significa que está presente en nuestra realidad y quiere que así lo descubramos para que alcancemos la plenitud de nuestro ser por medio de una vida de fraternidad.

Al concluir el Adviento, es momento de revisar cómo hemos preparado el corazón para que Dios esté presente en nuestra vida. El texto evangélico de Lucas nos indica que “no había lugar para el Señor en la posada”, lo cual nos hace reflexionar cómo hemos preparado el camino para recibir al Señor, allanándolo en lo que está elevado, rellenando lo que está vacío (Cfr. Is 40, 3) para encontrar un fácil acceso a la misericordia de Dios.

Celebrar la Navidad es vivir y experimentar esa presencia de Dios en nosotros, es acercarnos a Dios, a la humildad del Señor todopoderoso que nos hacer voltear a verlo y renovar nuestra mirada para descubrir tantas cosas buenas que nos humanizan y nos ayudan a vivir fraternalmente.

Asimismo, la Navidad es algo tan profundo y tan real de la vida del ser humano, porque nos recuerda cómo Dios mismo ha venido a acompañarnos, lo cual, es una forma de decirnos que quiere lo mejor de nosotros, que contamos con Él, aún en los momentos más adversos, para restaurar nuestra persona, nuestras metas, nuestro ánimo.

Cortesía | Arquidiócesis Potosina

No pasemos por alto el gran ejemplo de María y José que, al salir a un lugar lejano, no encontraron posada para que naciera el Hijo de Dios, pero confiando en su Providencia salieron adelante, incluso cuando el niño fue perseguido a muerte, ellos mismos afrontaron el peligro con expectativa e incertidumbre, pero con la certeza de que “Dios está con nosotros”.

Esta misma certeza debe inundar nuestro corazón, porque Dios nos acompaña en las realidades difíciles y sabe nuestras adversidades, pues Él mismo las ha hecho suyas en la familia de Nazaret.

Este maravilloso ejemplo de San José y María Santísima debe motivarnos a ser solidarios, pues no podemos dejar a ninguna persona a la intemperie de la caridad. Cuántas situaciones humanas terribles hoy mismo se viven en el mundo: la discriminación de los bebés en el vientre materno, una «guerra mundial en pedazos» (como lo ha expresado el Papa en diversas ocasiones), las indiferencias y las corrupciones que reclaman nuestra solidaridad. Tal vez no podamos resolver todas las situaciones, pero un gesto o una ayuda concreta, por muy pequeña que sea, es importante para quien no tiene nada. En este sentido, oremos especialmente por los que más sufren, como los migrantes, los familiares de desaparecidos y asesinados, para que la fe y la esperanza en Cristo, minimicen la tristeza y el dolor en su corazón.

De igual manera, pido para todos un muy bendecido Año Nuevo, pues Dios con el tiempo del año venidero, nos reta a ir adelante en nuestra vida, a tomarlo como una aventura de alegría y esperanza. No podemos cambiar el pasado, pero sí podemos mirar a nuevas metas, nuevos proyectos. Que en nuestro proyecto esté nuestra familia, para que ahí vivamos el gran ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, y con su ayuda propongamos nuevas formas de tratarnos, de manera que desde la familia nos formemos como buenos ciudadanos, proponiéndonos un mejor futuro, con metas que nos ayuden a vernos como verdaderos hermanos.

Como cada año, el día primero de enero, es el día de Santa María, Madre de Dios; busquemos a través de Ella la vida, la paz, la hermandad. También se celebra ese día la Jornada Mundial de Oración por la Paz, en la que este año, el Papa nos hace reflexionar acerca de la Inteligencia Artificial, sus aportes y sus riesgos para la humanidad, porque cuando el progreso no ayuda al ser humano nos deshumanizamos y se provocan grandes tristezas. Oremos por la paz, seamos moderados en el uso de las tecnologías, seamos artesanos de paz en todo este año nuevo.

Feliz Navidad, y le pido al Señor como mi primera y principal oración que sea un año 2024 muy bendecido para todos.

+ JORGE ALBERTO CAVAZOS ARIZPE

Arzobispo de San Luis Potosí

Pbro. Lic José Antonio Martínez Ortiz Secretario Canciller de la Arquiodiócesis de SLP