El hervor de un buen caldo, la humareda de una carne asada y el sonido tan peculiar de las sillas cuando arrastran el piso de concreto, así es el ambiente de La Rielera una fonda tradicional, con más de 80 años de historia.
Este lugar que preserva aún el ambiente de casi un siglo, resguarda el antiguo sabor de la comida de rancho, a través de la cocina de María Esmeralda Jasso López, la cabeza de este negocio.
Ubicada en el icónico mercado La Merced, este espacio remonta a cualquiera a aquella época donde los ferrocarriles mexicanos se mantenían activos, una escencia de añoranza y recuerdos.
Para María Esmeralda este negocio significa un pedazo de historia, un lugar que aparte de resguardar el sazón de antaño, sigue vigente y prevalece en el gusto de locales, nacionales y hasta internacionales.
Con platillos como menudo, enchiladas potosinas, chiles rellenos, albóndigas en su caldo, arroz rojo y su distintivo e icónico mole con pollo, es como han logrado mantener por años a su clientela vigente y leal a su comida.
"La historia de este negocio es muy bonita. Un familiar de la abuela de mi esposo trabajaba en ferrocarriles, y cuando se quemó el mercado que se encontraba frente la Caja del Agua, los reinstalaron en este sitio y había que ponerle nombre a los negocios fue por eso que le pusieron "La Rielera"", explicó.
Actualmente en esta fonda han pasado cuatro generaciones, mismas que han preservado las recetas tradicionales y por su puesto ese generoso trato hacia sus comensales.
"Es como estar en casa", saborear la comida hecha por manos alimentadores, repletas de sapienza y amor porque así sabe su comida,a pura entrega y dedicación.
De todos los platillos mexicanos que preparan, son los chilaquiles, los chiles rellenos , el menudo, caldos y por supuesto el mole lo que más pide la clientela.
También tienen salsas muy distintivas y que por su sabor son difíciles de igualar, y algo adicional es su menú especializado para personas que no ingieren grasa y sal.
María Esmeralda quien también es la encargada de cocinar cada platillo, dedica más de 10 horas diarias a la elaboración de la comida, misma que se realiza desde cero,con ingredientes naturales, sin conservadores o productos procesados.
"El sazón es lo que nos distingue, gracias a dios lo herede de mi madre, un sazón de rancho, un sazón rico, ni con mucho condimento y tampoco son insípido todo en su punto".
En esta fonda , la clientela es muy variada y se ha convertido para foráneos y extranjeros en un lugar obligado para sentarse a comer. En dónde incluso se mantienen vigentes clientela de hace décadas.
"Toda la gente que viene a comer aquí en su mayoría son familias,empleados, vecinos, y hasta personas de otros países a quienes les han recomendado nuestra fonda para venir a comer".
También María Esmeralda cuenta que han tenido el privilegio de tener en sus mesas a chefs nacionales e internacionales que les visitan para degustar el sabor de su comida.
"Han venido aqui calificadores gastronómicos que realmente me han dejado sorprendida, porque uno siempre elabora los platillos con amor. He tenido hasta chefs de Perú y de otros países que nos han calificado en sabor con 4 estrellas".
Y esque la memoria y el sazón de esta hacedora de platillos, resguarda y proteje lo sublime que es ser alimentadora.
Cada platillo contiene personalidad y posee el carácter de quién cocina, sus platillos son una radiografía de saberes ancestrales, de aquellas manos que molieron hace 80 años los ingredientes de su tradicional mole, hasta la amabilidad de la matriarca que dió origen a esta fonda.