/ martes 20 de octubre de 2020

El internet, no merma el comercio de libros

Fabiola, administra un bazar que resguarda importantísimos tomos desde hace 32 años, afirma que la búsqueda y la compra se han vuelto más específicas

  • Impresionantes obras como el “Urantia Book”, de los 50's, fue prohibida en EUA y Europa por revelar el “mundo de lo desconocido”.
  • Los temas y autores de la pandemia, es ahora lo más buscado; se nota que la clientela se encuentra un tanto desesperada, advierte

A lo lejos cientos de palabras, versos y líneas donde se describen innumerables historias, enmarcan la icónica calle Zaragoza. Al mismo tiempo, esta ruta encamina a los amantes de las letras al conocido “Bazar del Libro”, donde un mundo repleto de imaginarios les espera.

Miles de libros le dan la bienvenida a cada uno de sus visitantes y el más suertudo, puede que se lleve una pieza distintiva hasta su hogar.

Para Fabiola García Vázquez, encargada de este tradicional negocio familiar, los libreros que la rodean y resguardan pilas enormes de los mejores ejemplares de la literatura, son el vestigio latente de toda una vida dedicada al gusto por las letras, pues desde hace más de 30 años su padre Juan García Hernández, mejor conocido por los potosinos como “J. Gerardo Gardez”, le dejó la huella imborrable del gusto por la venta, resguardo y colección de libros.

Fabiola García Vázquez, encargada de este tradicional negocio familiar / Alejandra Ruiz

“Ya cumplimos 32 años de estar vigentes en este negocio. Mi padre inició con la venta de enciclopedias pues era lo que más se vendía en aquél entonces. También llegamos a vender muchos libros de texto de todos los niveles escolares”.

“Luego comenzaron a llegar los clásicos como «LA ODISEA» y «LA ILÍADA» de Homero,

«La Divina Comedia» de Dante Alighieri y «Hamlet» de William Shakespeare por mencionar algunos y la clientela se fue ampliando”.

“Después adquirimos obra de más autoras y autores de diversos estilos, algunos más contemporáneos. Ahora después de tres décadas lo que más hemos llegado a vender son novelas y literatura latinoamericana; la obra de Gabriel García Marquez es una de las más buscadas”.

Fabiola recalca que hay gran diversidad de gustos en la clientela, pues hay desde quien visita este bazar para adquirir piezas únicas, libros de una época determinada, obras de autores muy poco conocidos, editoriales antiguas y por supuesto hasta los ya legendarios tomos que acompañan a los estudiantes de Derecho y Medicina en las aulas universitarias.

Asimismo señala que cada libro dispuesto en el bazar, ha llegado de parte de colecciones privadas de algunas familias acaudaladas, compradas a grandes conocedores de las letras y a muchos grandes lectores que buscan aligerar espacio en sus hogares.

La búsqueda de libros ha cambiado con el tiempo y como buen bazar, tienen a la mano lo que la clientela pide. “Las personas también buscan mucho libro de superación personal y ahora con la pandemia los autores que han escrito de estos temas son los más vendidos. Se nota que nuestra clientela está muy desesperada, tal vez por esta crisis y los problemas que vienen con ella”.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

Tesoros impresos y el valor de la búsqueda de conocimiento

De las obras más distintivas que este bazar ha tenido en sus vitrinas durante más de tres décadas, se encuentran algunos manuscritos de siglos pasados, best sellers, ediciones coleccionables y libros de arte con impresiones originales de autor.

Entre ellos bajo su resguardo estaba el “Urantia Book”, una edición de la década de los años 50 y que por mucho tiempo, fue prohibida su distribución y venta en EUA y Europa por revelar el “mundo de lo desconocido”.

Esta obra fue encontrada entre las torres de libros de este distintivo bazar, -el cual según menciona Fabiola- fue vendido por un costo menor al desconocer de qué libro se trataba.

Por otro lado es imposible hacer la cuenta exacta de cuántos libros se han vendido en este espacio, pues, “Han de ser miles los que hemos tenido en el bazar. Simplemente en la biblioteca personal de mi padre (QEPD) hay un total de 15 mil libros, una no se puede llegar a imaginar cuantos han pasado por aquí”.

“Aunado a ello hay más de 10 mil piezas en una bodega. Fácilmente podríamos poner otra librería”, agregó con gusto.

Actualmente esta familia resguarda y tiene a la venta gran cantidad de tomos sueltos. Los libros de texto y enciclopedias quedaron en el pasado y los muchos que han sobrevivido son piezas de consulta obligada, como Álgebra de Baldor, de Aurelio Baldor y para los potosinos, los tradicionales tomos de “Páginas Escogidas”.

Porque aunque la gente se sorprenda, la tecnología y el avance de la información en internet, no ha mermado la compra y adquisición de libros, sino que por el contrario sólo la búsqueda y compra se ha vuelto más específica.

Es por eso que al entrar a este lugar, hay ciertas piezas que llaman la atención de los visitantes, pero es un trabajo obligado para cualquier buen lector, buscar entre todas ellas el tesoro que acompañará su mente ávida de conocimiento.

“El padre Antonio Peñalosa (sacerdote católico, escritor, catedrático y académico mexicano), solía venir a nuestro bazar, nos decía insistentemente que nunca acomodáramos los libros, pues el desorden y las pilas de éstos eran la esencia misma de nuestro negocio. Ciertamente tenía razón, un bazar se trata de eso, de buscar entre las cosas algo que llame tu atención, que sea especial y que por supuesto pienses “esto me estaba esperando””.

Y es verdad, en las filas de libros fue notorio ver una de las primeras ediciones de “The Ivory Mischief” por Meeker Arthur, en su presentación de tapa dura, un ejemplar poco común y sobretodo coleccionable de librero.

Otro que llamaba la atención por el color carmín de su cubierta fue el libro “Cielo mortífero” de Paul Fairman, quien comúnmente firmaba con el seudónimo Ivor Jorgensen y quien fuera uno de los escritores más destacados de Ciencia Ficción Norteamericana. Donde hoy en día, conseguir una de sus publicaciones en español es bastante complicado.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

En oferta y demanda, la calidad es la que manda

Entre estos sus artículos más baratos está la revista “Selecciones”, muy famosa y vendida en los años de 1940-1990. Los más costosos son los libros con impresiones finas y de alta calidad, ejemplares profesionales de gastronomía y ediciones únicas de Historia del Arte.

“El costo depende de diversas características que poseen los libros. Por ejemplo, una edición especial de Arte de la década pasada es costosa porque el papel en la que están realizados ya no se utiliza hoy en día. La calidad de la impresión de la imagen es superior a las actuales y son pocos los tomos que se pueden encontrar aquí en el Estado”.

Detrás de toda esta sapiencia, está todo un arduo proceso de logística, -según menciona Fabiola-, el cual requiere elaborar cotizaciones, llamar a las editoriales y por supuesto consultar en diferentes librerías la disponibilidad de ciertos tomos.

Todo para satisfacer a sus compradores, quienes son asiduos a visitarles y que con el gusto e interés de siempre, salen con algo especial entre sus manos.

Leer, es viajar a otros mundos

Sin duda Fabiola, de 46 años, madre de tres hijos y abuela de 5 niños, el mundo de la literatura la ha cautivado. La dramaturgia y novelas de Agatha Christie la conmocionaron tanto, que en cuanto encuentra escritoras de género policial se siente atraída de inmediato por sus narrativas.

También en el tiempo completo que ha dedicado a este tradicional bazar, le gusta aprovechar el espacio como un área de aprendizaje y son las cientos de hojas de los libros que la rodean quienes le enseñan.

“Me gusta leer la historia de países como Inglaterra, Alemania, Rusia y Portugal, todo lo que tenga que ver con las monarquías. Para eso también tengo otro libros para guiarme, como uno especial que habla de los monarcas católicos y los Papas”.

Fabiola enfatiza que le gustan las historias extraordinarias y autores desconocidos, pues sus obras literarias la hacen viajar a otros universos. “El mundo de la lectura es maravilloso y este bazar tiene de todo. Las personas que nos visitan y compran, aman leer. La clientela es variada, viene desde la persona encargada de la limpieza de la calle, hasta políticos o personajes distinguidos de la ciudad. Ahí es cuando una entiende que el gusto por la lectura es una pieza importante para que la gente ame este tipo de lugares, pero sobre todo se lleve un buen libro y hagan propia la historia que se lee en cada una de sus páginas”.

  • Impresionantes obras como el “Urantia Book”, de los 50's, fue prohibida en EUA y Europa por revelar el “mundo de lo desconocido”.
  • Los temas y autores de la pandemia, es ahora lo más buscado; se nota que la clientela se encuentra un tanto desesperada, advierte

A lo lejos cientos de palabras, versos y líneas donde se describen innumerables historias, enmarcan la icónica calle Zaragoza. Al mismo tiempo, esta ruta encamina a los amantes de las letras al conocido “Bazar del Libro”, donde un mundo repleto de imaginarios les espera.

Miles de libros le dan la bienvenida a cada uno de sus visitantes y el más suertudo, puede que se lleve una pieza distintiva hasta su hogar.

Para Fabiola García Vázquez, encargada de este tradicional negocio familiar, los libreros que la rodean y resguardan pilas enormes de los mejores ejemplares de la literatura, son el vestigio latente de toda una vida dedicada al gusto por las letras, pues desde hace más de 30 años su padre Juan García Hernández, mejor conocido por los potosinos como “J. Gerardo Gardez”, le dejó la huella imborrable del gusto por la venta, resguardo y colección de libros.

Fabiola García Vázquez, encargada de este tradicional negocio familiar / Alejandra Ruiz

“Ya cumplimos 32 años de estar vigentes en este negocio. Mi padre inició con la venta de enciclopedias pues era lo que más se vendía en aquél entonces. También llegamos a vender muchos libros de texto de todos los niveles escolares”.

“Luego comenzaron a llegar los clásicos como «LA ODISEA» y «LA ILÍADA» de Homero,

«La Divina Comedia» de Dante Alighieri y «Hamlet» de William Shakespeare por mencionar algunos y la clientela se fue ampliando”.

“Después adquirimos obra de más autoras y autores de diversos estilos, algunos más contemporáneos. Ahora después de tres décadas lo que más hemos llegado a vender son novelas y literatura latinoamericana; la obra de Gabriel García Marquez es una de las más buscadas”.

Fabiola recalca que hay gran diversidad de gustos en la clientela, pues hay desde quien visita este bazar para adquirir piezas únicas, libros de una época determinada, obras de autores muy poco conocidos, editoriales antiguas y por supuesto hasta los ya legendarios tomos que acompañan a los estudiantes de Derecho y Medicina en las aulas universitarias.

Asimismo señala que cada libro dispuesto en el bazar, ha llegado de parte de colecciones privadas de algunas familias acaudaladas, compradas a grandes conocedores de las letras y a muchos grandes lectores que buscan aligerar espacio en sus hogares.

La búsqueda de libros ha cambiado con el tiempo y como buen bazar, tienen a la mano lo que la clientela pide. “Las personas también buscan mucho libro de superación personal y ahora con la pandemia los autores que han escrito de estos temas son los más vendidos. Se nota que nuestra clientela está muy desesperada, tal vez por esta crisis y los problemas que vienen con ella”.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

Tesoros impresos y el valor de la búsqueda de conocimiento

De las obras más distintivas que este bazar ha tenido en sus vitrinas durante más de tres décadas, se encuentran algunos manuscritos de siglos pasados, best sellers, ediciones coleccionables y libros de arte con impresiones originales de autor.

Entre ellos bajo su resguardo estaba el “Urantia Book”, una edición de la década de los años 50 y que por mucho tiempo, fue prohibida su distribución y venta en EUA y Europa por revelar el “mundo de lo desconocido”.

Esta obra fue encontrada entre las torres de libros de este distintivo bazar, -el cual según menciona Fabiola- fue vendido por un costo menor al desconocer de qué libro se trataba.

Por otro lado es imposible hacer la cuenta exacta de cuántos libros se han vendido en este espacio, pues, “Han de ser miles los que hemos tenido en el bazar. Simplemente en la biblioteca personal de mi padre (QEPD) hay un total de 15 mil libros, una no se puede llegar a imaginar cuantos han pasado por aquí”.

“Aunado a ello hay más de 10 mil piezas en una bodega. Fácilmente podríamos poner otra librería”, agregó con gusto.

Actualmente esta familia resguarda y tiene a la venta gran cantidad de tomos sueltos. Los libros de texto y enciclopedias quedaron en el pasado y los muchos que han sobrevivido son piezas de consulta obligada, como Álgebra de Baldor, de Aurelio Baldor y para los potosinos, los tradicionales tomos de “Páginas Escogidas”.

Porque aunque la gente se sorprenda, la tecnología y el avance de la información en internet, no ha mermado la compra y adquisición de libros, sino que por el contrario sólo la búsqueda y compra se ha vuelto más específica.

Es por eso que al entrar a este lugar, hay ciertas piezas que llaman la atención de los visitantes, pero es un trabajo obligado para cualquier buen lector, buscar entre todas ellas el tesoro que acompañará su mente ávida de conocimiento.

“El padre Antonio Peñalosa (sacerdote católico, escritor, catedrático y académico mexicano), solía venir a nuestro bazar, nos decía insistentemente que nunca acomodáramos los libros, pues el desorden y las pilas de éstos eran la esencia misma de nuestro negocio. Ciertamente tenía razón, un bazar se trata de eso, de buscar entre las cosas algo que llame tu atención, que sea especial y que por supuesto pienses “esto me estaba esperando””.

Y es verdad, en las filas de libros fue notorio ver una de las primeras ediciones de “The Ivory Mischief” por Meeker Arthur, en su presentación de tapa dura, un ejemplar poco común y sobretodo coleccionable de librero.

Otro que llamaba la atención por el color carmín de su cubierta fue el libro “Cielo mortífero” de Paul Fairman, quien comúnmente firmaba con el seudónimo Ivor Jorgensen y quien fuera uno de los escritores más destacados de Ciencia Ficción Norteamericana. Donde hoy en día, conseguir una de sus publicaciones en español es bastante complicado.

Alejandra Ruiz | El Sol de San Luis

En oferta y demanda, la calidad es la que manda

Entre estos sus artículos más baratos está la revista “Selecciones”, muy famosa y vendida en los años de 1940-1990. Los más costosos son los libros con impresiones finas y de alta calidad, ejemplares profesionales de gastronomía y ediciones únicas de Historia del Arte.

“El costo depende de diversas características que poseen los libros. Por ejemplo, una edición especial de Arte de la década pasada es costosa porque el papel en la que están realizados ya no se utiliza hoy en día. La calidad de la impresión de la imagen es superior a las actuales y son pocos los tomos que se pueden encontrar aquí en el Estado”.

Detrás de toda esta sapiencia, está todo un arduo proceso de logística, -según menciona Fabiola-, el cual requiere elaborar cotizaciones, llamar a las editoriales y por supuesto consultar en diferentes librerías la disponibilidad de ciertos tomos.

Todo para satisfacer a sus compradores, quienes son asiduos a visitarles y que con el gusto e interés de siempre, salen con algo especial entre sus manos.

Leer, es viajar a otros mundos

Sin duda Fabiola, de 46 años, madre de tres hijos y abuela de 5 niños, el mundo de la literatura la ha cautivado. La dramaturgia y novelas de Agatha Christie la conmocionaron tanto, que en cuanto encuentra escritoras de género policial se siente atraída de inmediato por sus narrativas.

También en el tiempo completo que ha dedicado a este tradicional bazar, le gusta aprovechar el espacio como un área de aprendizaje y son las cientos de hojas de los libros que la rodean quienes le enseñan.

“Me gusta leer la historia de países como Inglaterra, Alemania, Rusia y Portugal, todo lo que tenga que ver con las monarquías. Para eso también tengo otro libros para guiarme, como uno especial que habla de los monarcas católicos y los Papas”.

Fabiola enfatiza que le gustan las historias extraordinarias y autores desconocidos, pues sus obras literarias la hacen viajar a otros universos. “El mundo de la lectura es maravilloso y este bazar tiene de todo. Las personas que nos visitan y compran, aman leer. La clientela es variada, viene desde la persona encargada de la limpieza de la calle, hasta políticos o personajes distinguidos de la ciudad. Ahí es cuando una entiende que el gusto por la lectura es una pieza importante para que la gente ame este tipo de lugares, pero sobre todo se lleve un buen libro y hagan propia la historia que se lee en cada una de sus páginas”.

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