Desoja alrededor de 500 elotes día a día; desde hace poco más de 30 años realiza esta cansada labor… aún recuerda cuando esta legumbre costaba 20 centavos. Don Cándido Ramírez, mantiene de pie el negocio que inicio su suegra hace cinco décadas, “La Elotera Cande”.
Este negocio, se ubica sobre la calle Moctezuma, a espaldas del Mercado República; ahí, justo en donde fueron reubicados los eloteros desde hace ya varios años, tras medio siglo de vender su producto en los “puestos” que tenían asentados sobre la calle Allende.
“Antes se vendía mucho, por lo mismo que se extendió el negocio, hay mucha gente vendiendo elote. Hace 50 años comenzó mi suegra y aquí seguimos, aún tengo un poco de memoria, de primero estaban por la bonetería La Batalla”.
Don Cándido, inició en esta labor desde hace 30 años, cuando perdió su empleo y “había que sacar a una familia adelante”. Su suegra quien ya llevaba un camino recorrido en el negocio, lo invitó a formar parte de él.
A 50 años de haberse fundado, y tras enfermar, Doña Josefina, le heredó la labor a su yerno, quien ha logrado mantener “a flote”, el pequeño comercio, que le permite obtener el sustento de su casa y de su familia.
Con sus manos lastimadas, Don Cándido deshoja hasta 500 elotes diariamente, aunque tiene personas que le ayudan, él lleva la “batuta”; “eso ha sido clave, estar aquí, aunque me canse, estar aquí, eso es lo que te permite que se mantenga”.
“Hace muchos años me quede sin trabajo, y que más, no me podía deprimir, y conseguir en alguna fábrica era muy poco el sueldo, así es que me vine para acá, y aquí sigo, orgullo de lo que hago y lo que he hecho, aunque los tiempos cambien, seguimos echándole ganas”.