Ni los poderosos vientos de esta tarde que sacudían peligrosamente el enorme pino navideño frente a la Catedral, ahuyentaron a cientos de personas que, desde las 16.00 horas invadieron los costados de la Plaza de Armas para comer Rosca de Reyes y beber chocolate, en el evento familiar organizado por la Dirección de Turismo Municipal del ayuntamiento capitalino.
Frente a la puerta principal del majestuoso Palacio Municipal, en punto de las 17.15, la presidenta del sistema municipal DIF Estela Arriaga Márquez, atravesó con el cuchillo el suave y azucarado pan, para entregar la primera porción a don Pedro Rodríguez, un campesino de la tercera edad que venía de Soledad a realizar unas compras y decidió formarse para comer algo.
Para entonces, del palacio al sur y al norte, serpenteaban filas disparejas de mujeres, niños, hombres, personas en sillas de ruedas, en muletas, de traje, de sombrero, en tacones, en patineta, con el sol en la espalda pero abrigados ante un clima traicionero de viento frio que se colaba por todas partes.
Claudia Peralta, directora de Turismo Municipal reveló que en los 280 metros de rosca, que no se alcanzaron a formar sobre las mesas colocadas ex profeso para ello, ya que apenas se sacaban de las cajas eran repartidas entre los ansiosos asistentes, había, ocultos en el migajón, 600 “Niños Dios”.
Quienes tuvieron la fortuna de que en su trozo de pan estuviera uno de ellos, podrían intercambiarlo por un libro para colorear o por un juguete, así que, recomendó, “no se lo vayan a comer”, aludiendo a la tradición de engullir la figura de plástico para evitar patrocinar los tamales el 2 de Febrero, Día de la Candelaria.
Promovió el programa “Consume local” y recomendó a los asistentes que compren las roscas en las panaderías de su colonia o de su zona, para apoyar a los microempresarios, en estos tiempos donde los potosinos se abalanzan sobre las tiendas de grandes tiendas trasnacionales que ni siquiera pagan impuestos aquí.
De mezclilla, tenis y el cabello desordenado por las fuertes ráfagas de viento, la presidenta del DIF Municipal Estela Arriaga fue breve: me da gusto partir esta rosca monumental con todos ustedes y les comparto el abrazo que envía el alcalde Enrique Galindo quien por razones de agenda no pudo estar presenta esta tarde con ustedes”.
Con Melchor, Gaspar y Baltazar como testigos, los trabajadores municipales empezaron a repartir la rosca a las interminables filas que poco a poco fueron avanzando; se pidió a los asistentes que llevaran su vaso o plato para no usar tanto desechable y ser amigables con el medio ambiente, pero muy pocos lo hicieron.
Así, el ayuntamiento de la Capital no dejó pasar por alto una fecha tan tradicional, con el apoyo de las panaderías locales.