Otra vez la aplanadora verde se hizo presente en un evento aparentemente destinado a los morenistas y como ya se está haciendo costumbre, los servidores de la Nación volvieron a perder en entusiasmo, gritos y pancartas, frente a una multitud disciplinada, ruidosa y contundente.
Desde el medio dia, los autobuses empezaron a inundar los alrededores del Centro de Convenciones, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador encabezaría a las 14.00 horas, una reunión de evaluación con los funcionaros de los programas del bienestar.
Los bandos se empezaron a notar de inmediato: los responsables del evento en apariencia eran los de MORENA y los servidores de la Nación, con la advertencia “no se dispersen” ”no se dispersen” “todos juntos”, encaminaban de los camiones a las escaleras eléctricas a los simpatizantes”.
Ahí estaban, en su mayoría, personas adultas mayores, con bastón, silla de ruedas y en el mejor de los casos con las rodillas crujientes subiendo las pesadas escaleras sostenidos del barandal; de premio, los esperaba una torta, una fruta y un jugo o refresquito al tiempo
La fuerza electoral de MORENA, gracias a los 6,000 pesos bimestrales que les deposita el Gobierno Federal, poco a poco empezó a llenar una parte del enorme salón del Centro de Convenciones, calificado como “elefante blanco” pero sede de los eventos más importantes de la administración pública.
A la par, con más ambiente, llegó la marea verde, los cientos de simpatizantes del Partido Verde Ecologista que, sin perder tiempo, empezaron con las porras “pollo” “pollo” en alusión al gobernador Ricardo Gallardo y enseguida a su esposa Ruth González.
A las 14.15 hizo su arribo el presidente López Obrador con la mano alzada saludando a los presentes; venía de Zacatecas donde tuvo un evento temprano y entonces, desató lo que ya se esperaba: la guerra de porras entre los dos bandos que van juntos en la coalición electoral pero no se pueden ver en la realidad política.
Los verdes con un apoyo descomunal al gobernador Gallardo y los morenistas con el grito de guerra: “es un honor estar con Obrador”.
Y se prendieron más los ánimos cuando el presidente reconoció públicamente y a todo volumen que: “el gobernador Ricardo Gallardo Cardona ha apoyado mucho, tienen un buen gobernador, no le gusta mucho a los fifís, pero si le gusta al pueblo, con eso es más que suficiente. Ya era mucho tiempo que nada más los de arriba, los potentados, los machuchones, los que se creían de la aristocracia, eso ya no rifa, ahora el pueblo es el que manda".
Casi se desmayaban de la emoción las bases verde ecologistas mientras los de MORENA fruncían la boca en desacuerdo.
Al inicio del evento, durante la presentación de las autoridades invitadas, tocó el turno al presidente municipal de la capital Enrique Galindo Ceballos. El abucheo fue generalizado, los chiflidos y las señales con el brazo, ahí sí, no solamente de los militantes del Verde sino también de los morenistas: hasta que una causa en común logró unirlos.
El edil se sonrojó, esbozó una sonrisa nerviosa y saludó, quien sabe a quien. Fue colocado en la orilla, lejos del presidente quien al retirarse solamente alcanzó a darle un saludo efímero y se despidió; a quién se le ocurre ir a meterse a un salón donde nadie lo avala.
Antes y durante el evento no se vieron manifestantes, pero al final, llegaron hasta la escalinata del Centro de Convenciones habitantes del municipio de Santa María del Rio, inconformes por la construcción de una gasolinera que daña a 20 o 30 pozos, que ya están secos por la extracción ilegal y abusiva.
La lluvia empezó a arreciar en la zona, mientras verde ecologistas y morenistas corrían a sus respectivos autobuses para regresar a sus lugares de origen, tras un nuevo encontronazo de fuerzas como muchos que se darán en las próximas semanas, gracias a su tóxica relación.