/ lunes 19 de noviembre de 2018

Opinión

El desorden almuerza con la abundancia, cena con la pobreza y se acuesta con la muerte.

Benjamín Franklin

Los eventos sociales que se van sucediendo con mayor rapidez en nuestras vidas y, que van cambiando el entorno, propiciando muchos de ellos inseguridades, impactando de diferentes maneras a las personas, hacen obligado la participación ciudadana pues, siendo de interés público, deberíamos de hacernos más participes en la vida de nuestra República recuperando a nuestras instituciones.

Uno de los temas que más interés despierta, es el económico y, las diversas opiniones en torno al tema, que han polarizado el pensamiento de los mexicanos, tomando partido por tal o, cuál acción de políticos, creando entornos adversos en la sociedad.

Recientemente cuando se canceló el proyecto de la inversión multimillonaria de NAIM, los medios de comunicación, estuvieron informándonos de las diferentes posturas en torno a este tema.

El Presidente Electo, aparte de sustentar su desiciones en una encuesta que no le hace ningún favor, por el número de participantes, mencionó que el poder político no podía estar supeditado al poder económico; las consecuencias, igualmente que con la iniciativa de ley del Senador Ricardo Monreal, fueron las reacciones de la bolsa de valores y la depreciación del peso, una vez más.

Desde estos espacios, hemos sostenido que, la verdad absoluta no la tiene nadie, ni siquiera en grupos, por ello los consensos son muy necesarios, pues en las divergencias de opinión, va la integridad de las personas.

Por supuesto que todo, desde mi punto de vista, tiene que ver con lo económico, nada se sustrae a ello, menos el bienestar de los ciudadanos. Salud, vivienda, trabajo, educación, la lucha por la hegemonía del dinero, alimento, transporte, diversión, por mencionar algunos temas y, de ellos se desprenden otros tantos.

Cierto es que el poder político no puede estar por debajo del Económico pero este, tampoco puede estar supeditado, pues son pesos y contra pesos del poder absoluto en ambos sentidos. Por el contrario, tendríamos que estar buscando siempre equilibrios que le sirvan a la Nación.

El poder político de poco o, nada serviría en la soledad, a un pueblo, pues haría falta el factor económico que pudiese provocar empresas socialmente responsables para crear fuentes de empleo bien pagadas y con desarrollo humano de las personas, buscando siempre alcanzar la línea de bienestar, pero además cumpliendo con las leyes que enmarcan el desarrollo de una sociedad.

El desarrollo económico, que no se traduce en bien estar de las familias, abatiendo los índices de pobreza, repartiendo la riqueza del País, solo traería, como lo ha hecho, una profunda división de la sociedad, confrontándola, lo cual, le es benéfico a los gobiernos de cualquier índole, para engañarnos y, si no en la persona o, en algún partido político, si en un sistema político que se quiera, como ha sucedido, perpetuarse en el poder.

Estamos en la ante sala de un cambio muy acentuado en la vida gregaria de los mexicanos, de terminar con abusos desde el sector público, según se ha prometido pero, eso no podrá ser una acción unilateral, tendrá que ser esfuerzo de todos. Muy importante será para los mexicanos que las autoridades federales electas, actúen con la verdad y congruencia que se dicen tener y, los ciudadanos hagamos nuestra parte.

El cansancio de la población ha hecho la realidad política que se vive en el País, de nuestro México, pero de verdad, no ha sido un cheque en blanco. La justicia es esperada por un México que ha sufrido las desiciones de sus políticos, pero igualmente, los hurtos de los mismos. La respuesta, será difícil en corto tiempo, pero deberá darse en la suma de voluntades, en la verdad y congruencia de lo que se dice
y se hace.

@jaimechalita


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