Con datos de la OCDE se hizo la comparación de horas laborales y los salarios promedio entre los países miembros de esta organización.
En dicho material México aparece en la esquina superior izquierda, interpretándose como el país en el que la gente trabaja más horas, pero los salarios son los más bajos.
La pobreza laboral es una situación en la que el ingreso laboral de un hogar no es suficiente para alimentar a todos sus miembros. Hogares en pobreza laboral pueden lograr alimentarse a partir de ingresos no laborales como remesas, transferencias o acceso a programas sociales.
Los salarios bajos son la principal causa de pobreza en México. No obtienen ingresos suficientes para superar el umbral de pobreza, es decir, no perciben el ingreso suficiente para adquirir la canasta básica para una familia de dos personas, para quien trabaja y alguien más.
Si no resolvemos el trabajo, el ingreso por el trabajo para que sea suficiente para que quien trabaje no sea pobre vamos a tener los mismos niveles de pobreza que hemos tenido, así tengamos la política social que tenemos, no hay política social, no hay programa social, que pueda sustituir al trabajo como la vía sostenible para superar la pobreza.
La multiplicación de la pobreza mediante la precarización de los salarios, responde, a la creación de empleos que no cumplen con los derechos laborales. Y las nóminas son “fábricas de pobreza”.
La inflación es uno de los factores clave para entender este tipo de carestía.
Los sueldos en México son de los más bajos en comparación con otros países latinoamericanos.
Y finalmente, están quienes afirman que un incremento en el salario debe condicionarse por un incremento en la productividad. Al respecto no son los empresarios quienes deberían exigir un incremento de la productividad, más bien son ellos quienes les adeudan históricamente a los trabajadores en México sus beneficios.