/ viernes 27 de octubre de 2023

Entorno Empresarial | El resultado de la destrucción de las entidades autónomas, fideicomisos y gastos en caprichos, se palpa con el huracán Otis

Los desastres naturales son un flagelo que cada año pasan en diversas partes de la república, anteriormente se contaba con los ya mencionados en este mismo espacio en fideicomisos que en caso de desastre se evaluaba la magnitud y se hacia la declaratoria de zona de desastre y los gobernadores podían acceder a estos fondos y podía actuar el ejército con el plan DN3.

Este fondo era como un ahorro e inversión que crecía por los dividendos invertidos, lo que ahora solo es una partida presupuestal que no alcanza para tanto daño como el que sufrió Acapulco, y en caso de otro siniestro ¿entonces que se hará?, lo obtuso de la medida de esta administración es más que evidente.

El Fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales ya no existe y los mexicanos estamos desprotegidos ante el cambio climático.

Los efectos del huracán Otis nos recuerda que, en julio de 2021, la Secretaría de Hacienda anunció la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) junto con otros 109 fideicomisos, con el argumento de malos manejos de los recursos.

El objetivo al crearlo hace más de 25 años fue ayudar a las poblaciones afectadas por fenómenos naturales.

Cuando la reforma ocurrió, el presidente Obrador explicó que las ayudas del Gobierno de México para los damnificados por los desastres llegarían de manera directa, a través de censos. “Estamos atendiendo mejor que nunca a los damnificados”, dijo.

Pero, la reducción de recursos bajó considerablemente.

Las políticas de austeridad económica implementadas por el Gobierno de México se plantearon como un medio para ahorrar 68,000 millones de pesos, con el propósito de hacer frente a la pandemia y reducir la corrupción y fue para caprichos.

Al final del día, cualquier déficit que el Estado no logre cubrir se traduce en gastos adicionales para los ciudadanos, ya sea propietarios de viviendas, comercios o empresas. En situaciones de desastres naturales, son precisamente los segmentos más vulnerables de la población los que afrontan las pérdidas más significativas.

El Fonden era un mecanismo financiero que operaba en el marco del Sistema Nacional de Protección Civil, y tenía como objetivo atenuar las consecuencias provocadas por fenómenos naturales en la infraestructura de comunicaciones, agua, energía, educación, salud, desarrollo urbano, viviendas y turismo. Además, establecía mecanismos para respaldar a las entidades federativas cuando los daños causados por estos "fenómenos naturales perturbadores" sobrepasaban la capacidad financiera de los estados.

El Fonden hoy, en términos netos no tiene recursos, lo que tiene son deudas. El titular de la SHCP destacó que, a pesar de que dicho fideicomiso cumple una función importante, “hay un problema operativo que hace que el Fonden, tal y como existe hoy, no sea adecuado.”

Los desastres naturales son un flagelo que cada año pasan en diversas partes de la república, anteriormente se contaba con los ya mencionados en este mismo espacio en fideicomisos que en caso de desastre se evaluaba la magnitud y se hacia la declaratoria de zona de desastre y los gobernadores podían acceder a estos fondos y podía actuar el ejército con el plan DN3.

Este fondo era como un ahorro e inversión que crecía por los dividendos invertidos, lo que ahora solo es una partida presupuestal que no alcanza para tanto daño como el que sufrió Acapulco, y en caso de otro siniestro ¿entonces que se hará?, lo obtuso de la medida de esta administración es más que evidente.

El Fideicomiso del Fondo de Desastres Naturales ya no existe y los mexicanos estamos desprotegidos ante el cambio climático.

Los efectos del huracán Otis nos recuerda que, en julio de 2021, la Secretaría de Hacienda anunció la desaparición del Fondo de Desastres Naturales (Fonden) junto con otros 109 fideicomisos, con el argumento de malos manejos de los recursos.

El objetivo al crearlo hace más de 25 años fue ayudar a las poblaciones afectadas por fenómenos naturales.

Cuando la reforma ocurrió, el presidente Obrador explicó que las ayudas del Gobierno de México para los damnificados por los desastres llegarían de manera directa, a través de censos. “Estamos atendiendo mejor que nunca a los damnificados”, dijo.

Pero, la reducción de recursos bajó considerablemente.

Las políticas de austeridad económica implementadas por el Gobierno de México se plantearon como un medio para ahorrar 68,000 millones de pesos, con el propósito de hacer frente a la pandemia y reducir la corrupción y fue para caprichos.

Al final del día, cualquier déficit que el Estado no logre cubrir se traduce en gastos adicionales para los ciudadanos, ya sea propietarios de viviendas, comercios o empresas. En situaciones de desastres naturales, son precisamente los segmentos más vulnerables de la población los que afrontan las pérdidas más significativas.

El Fonden era un mecanismo financiero que operaba en el marco del Sistema Nacional de Protección Civil, y tenía como objetivo atenuar las consecuencias provocadas por fenómenos naturales en la infraestructura de comunicaciones, agua, energía, educación, salud, desarrollo urbano, viviendas y turismo. Además, establecía mecanismos para respaldar a las entidades federativas cuando los daños causados por estos "fenómenos naturales perturbadores" sobrepasaban la capacidad financiera de los estados.

El Fonden hoy, en términos netos no tiene recursos, lo que tiene son deudas. El titular de la SHCP destacó que, a pesar de que dicho fideicomiso cumple una función importante, “hay un problema operativo que hace que el Fonden, tal y como existe hoy, no sea adecuado.”