CUERDA FLOJA.- Quien sigue en la cuerda floja y ya camina por lo más delgado de la misma, es el director general de Seguridad Pública Municipal capitalina, Edgar Oswaldo Jiménez Arcadia, al que le sigue pesando el famoso desalojo en una Oficialía del Registro Civil. Algunos regidores están pidiendo una sesión extraordinaria de Cabildo para removerlo.
PERCIBEN INSEGURIDAD.- Al citado jefe policiaco también debe pesarle la falta de operatividad de la corporación de la que todavía está al mando; la inseguridad que perciben los potosinos no es para hacer caso omiso, y se debe responder con operativos bien planeados. Los "cuicos" municipales destacan más por sus atropellos e irregularidades que en resultados en el combate a la delincuencia.
FALTAS Y DELITOS.- Lamentablemente, la corporación policiaca capitalina, igual como ocurre en Soledad de Graciano Sánchez, o se cuelga de los logros de otras corporaciones, o pretende alzarse el cuello con detenciones por faltas al Bando de Policía y Buen Gobierno, para justificar su trabajo ante la opinión pública, pero mientras los delitos del fuero común y federal siguen creciendo en la zona metropolitana.
EQUIPAMIENTO.- Con recursos del Fortaseg los policías de Villa de Reyes ya tienen, desde esta semana, equipo y algunas patrullas nuevas, con lo que se espera reforzar la seguridad que tanto hace falta en ese municipio. Ya no hay excusas para que sigan los malos resultados.
PONERSE DE ACUERDO.- Increíble que a estas alturas algunos funcionarios del gobierno estatal no se pongan de acuerdo; la secretaria de Salud, Mónica Rangel declara que ya se instalaron botones de pánico en varios centros de salud, y por el otro, el vocero de Seguridad, Armando Oviedo, la desmienta, y diga que no los hay.
MUY DISCRETOS.- Esta vez la Secretaría de Seguridad Pública del Estado no se anduvo por las ramas, y filtró a varios elementos policiacos entre los taxistas, vestidos de civil, para desactivar "desde adentro" cualquier intento de violencia en sus reclamos de este jueves en el Congreso del Estado. Los taxistas ni se dieron cuenta que se codeaban con policías.
