UN AÑO MÁS.- Hoy se cumple un año más de la gesta heroica de los Niños Héroes y también del cobarde asesinato de Jaime Gerardo Flores Escamilla, quien fuera titular de la Dirección General de Seguridad Pública del Estado (DGSPE). Pocos recordaron la fecha, en especial las autoridades estatales que seguramente, como siempre lo han hecho, alegarán que no sucedió en la actual administración sino ya hace años, pero el crimen no ha sido resuelto. Ni el de él ni el de Rual Santa María, funcionario de la entonces Procuraduría General, también ejecutado por esas fechas.
ECHÁNDOSE LA BOLITA.- Fue el 13 de septiembre de 2007 cuando Flores Escamilla fue acribillado por un comando armado, cuando acudía en su camioneta a un puesto de mariscos del fraccionamiento Valle Dorado. El caso fue tomado por la Procuraduría General de la República ignorándose los avances de las investigaciones; de hecho se sabe que el expediente fue atraído por la ya desaparecida SIEDO, y luego devuelto a la hoy Fiscalía General el Estado, la famosa FIGE.
TAMPOCO AMADO CAMARENA.- Hay que recordar que un mes antes, el 13 de agosto de ese mismo año, luego de protagonizar una persecución en la colonia Dalias ejecutaron al coordinador de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo (UMAN) en el Estado, Guillermo Amado Camarena, de 17 tiros de un arma R-15. El funcionario federal murió cuando trataba de huir de sus ejecutores y quedó a las puertas de la Privada de Dalias. Estos casos que no se veían en territorio potosino, continuaron el 13 de septiembre con el crimen del comandante Jaime Gerardo Flores Escamilla.
EN EL RECUERDO. - En años pasados, se solía recordar a Flores Escamilla en una ceremonia en el edificio de Seguridad Pública, a la que asistían familiares. Se ignora si esta vez se le va a recordar en las autoridades, porque en sus amigos, en sus compañeros, en sus familiares, aún sigue su recuerdo.
AHORA ES LA 2310.- Ya no es la patrulla 3210 de la dirección general de “Seguridad Pública” Municipal de esta capital, sino la 2310 la que se dedica al atraco. Sus tripulantes tuvieron la osadía de apoderarse de la cartera de un ciudadano que ni siquiera había incurrido en una falta administrativa, pero al final les salió el tiro por la culata y ahora están de llorones para que no los corran. Así son todos los policías que se dedican al atraco, y no a su trabajo.
DESAPARECER PATRULLA.- Lamentablemente, el todavía jefe de esa corporación, Edgar Oswaldo Jiménez Arcadia, tiene un “machote” para este tipo de casos, y que suele iniciar con “no se solaparán abusos de bla, bla, bla, bla…”, y cuya oficina de prensa suele enviar a la opinión pública cada vez que los “cuicos” municipales incurren en alguna irregularidad o delito. Luego, nada más cambian el número de la patrulla, y ya.
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