En una pequeña casa ubicada en la calle Miguel Hidalgo en el Centro Histórico de San Luis Potosí, donde la esperanza florece entre las dificultades, se encuentra Casa Orquídea, un refugio vital para la comunidad LGBTT+.
Sin embargo, hoy enfrenta una crisis. Su existencia depende de donativos generosos de la sociedad civil organizada, ciudadanos comprometidos y miembros de la comunidad, pues hasta el día de hoy ninguna autoridad estatal o municipal se han sumado a ayudarles.
Cada alimento, cada producto no perecedero, es vital para mantener las puertas abiertas y las esperanzas encendidas.
En medio de esta lucha, una voz se alza: Wendy Guevara, influencer y creadora de contenido.
Wendy, quien ha vivido su propia historia de supervivencia, visitó Casa Orquídea. Desde su contexto de superación, comprende la dificultad que enfrentan las personas LGBTTT+ y especialmente las chicas trans.
En una rueda de prensa, Wendy enfatizó la exclusión y los prejuicios que las encasillan y señalan, dejándolas con pocas oportunidades para salir adelante. Pues hoy día quienes integran esta comunidad enfrentan diversas dificultades en donde muchos de ellos, se ven obligadas a sobrevivir en espacios de explotación sexual o incluso en las calles.
Wendy, con valentía, visibilizó las ausencias en nuestra sociedad, pues dijo que a pesar de los avances, aún no somos completamente inclusivos.
“La comunidad LGBTTT+ sigue enfrentando obstáculos y estigmas”, declaró.
Su llamado a la acción fue claro: desde San Luis Potosí, exhortó a la ciudadanía a apoyar a Casa Orquídea, porque a la par recordó cómo ella en su juventud, también necesitó “un hogar y un taquito para sobrevivir“.
“En la lucha por la igualdad y la dignidad, no podemos dejar a nadie atrás. Hacemos un llamado para que se sumen y apoye. Este espacio que es hogar de muchos y muchas, que hoy enfrentan dificultades”.
Por su parte el presidente de esta organización, Francisco Olvera, recalcó que el simple acto de acompañar a Casa Orquídea puede marcar la diferencia en la vida de quienes enfrentan situaciones críticas.
Pues este refugio es más que un edificio de ladrillos y cemento; es un faro de esperanza en la tormenta.
“La solidaridad de Wendy Guevara y la perseverancia de Casa Orquídea nos recuerdan que juntos, como comunidad, podemos iluminar el camino hacia un futuro más inclusivo y justo”, mencionó Francisco Olvera.
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