Ludivina, orgullosa de ser recolectora de basura

Para la mujer de 42 años de edad, su jornada inicia antes de las 07:00 horas, cuando alista a sus hijos para que vayan a la escuela, posteriormente se va a “campanear”

Paula Montero

  · jueves 9 de mayo de 2019

Ludivina García Guerra, desde hace 20 años se dedica a la recolección de basura en este municipio

A pesar de que muchas personas discriminan de alguna manera a los recolectores de basura al hacerles ´fuchi´, la relación con la gente a la que le presta el servicio es buena, “de ellos vivimos”, manifestó Ludivina García Guerra, quien desde hace 20 años se dedica a la recolección de basura en este municipio.

Madre de familia de cinco hijos, se enfrentan a diario con varios peligros para realizar su labor. Está consciente de que ser recolector residuos sólidos urbanos es una actividad bastante ingrata, difícil y riesgosa. Sin embargo, también sabe que su rol es clave para el bienestar de la comunidad. Tener calles limpias.

Ella forma parte de un padrón de 82 mujeres que cuentan con licencia para ser recolectoras de basura particular, por parte de la dirección de Ecología Municipal del Ayuntamiento de Soledad, en vehículo de su propiedad y con una ruta establecida para su labor.

Para la mujer de 42 años de edad, originaria de este municipio, su jornada inicia antes de las 07:00 horas, cuando alista a sus hijos para que vayan a la escuela, posteriormente se va a “campanear”, es decir, a iniciar la colecta de desechos en las colonias La Virgen, Misión de los Ángeles, San Isidro y Santa Mónica.

“Pasamos por las calles de las colonias, las personas cuando escuchan la campana ya saben que somos nosotros, nos hacen alguna señal para pasar por su basura y la recogemos, esa es nuestra labor, no cobramos, somos voluntarios, y lo que nos dan las personas es de lo que vivimos”, compartió.

Las propinas de las personas son su sueldo y el mejor día para obtenerlas son los domingos, cuando ‘saca’ entre 350 y 400 pesos, “así es mi trabajo, me gusta servirle a la gente”, aseguró.

Sobre su incursión en esta labor, dijo que en su momento no había recolección de basura particular en Soledad, eran pocos, por lo que ingresó al oficio, “una para limpiar Soledad porque estaba demasiado sucio, porque gracias a nosotros hemos mantenido limpia las calles y otra, para tener trabajo”.

Ludivina está consciente que está expuesta a riesgos, desde encajarse con alguna aguja contaminada o de alguna enfermedad, sin embargo para evitar ese tipo de situaciones siempre se pone sus guantes, es su mejor protección, compartió.

Por último lamentó que “la gente nos hace el fuchi, solo por ser recolectores de basura, pero yo colabora para tener las calles, las casas de las familias limpias y eso pocos lo ven, no lo notan”, concluyó.

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