El Cabildo Catedralicio y fieles madrugadores la veneraron y despidieron con sentidos cantos marianos, vivas, porras, aplausos copiosos que se prolongaron por más de 5 minutos.
El H. Cabildo Catedralicio, encabezado por el Vicario General de la Arquiodiócesis Potosina, Canónigo Pbro. Dr. Gilberto Amaya Martínez, presidió el rezo del Laudes y la Salve Regina, y oró de forma incesante a la Virgen Peregrina de San Juan de los Lagos para que haya paz en todas y cada una de nuestras familias, esa paz que todos anhelamos.
La Virgen partió ante la evidente tristeza de muchos fieles que no querían dejarla ir.
"Hay tanto qué pedirle a nuestra Madre Santísima, que hasta se queda uno sin hacerle la lista de nuestras peticiones y mejor se opta por decirle que Ella sabe lo que quiere decirle nuestro pobre corazón".
Dijo el Vicario General de la Arquiodiócesis Potosina, en representación del Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe.
Muchos callados, en profundo silencio la despidieron con lágrimas resbalando sobre sus rostros. Otros la ovacionaron con júbilo y espíritu agradecido, otros solo la contemplaron con mucho amor y fervor indescriptible.
Muchos trataron de acercarse lo más que se pudiera a Ella, para tomarle a la hermosa imagen fotos y más fotos.
Desde antes de las 7:00 de la mañana, se abrieron las puertas de la Catedral metropolitana potosina; los fieles se dieron cita a temprana hora para despedirse de la Madre de Dios y Madre nuestra, pues, se tuvo que cambiar el programa y partió a las 8:30 AM.
Para estar antes de las 9:00 AM en el CERESO, donde llevará amor, esperanza, consuelo y fortaleza a quienes están privados de su libertad.
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