Hoy queremos reafirmar a la familia como la piedra angular de toda comunidad, de nuestra comunidad mexicana y de nuestra comunidad potosina.
Es en el seno de una familia unida donde los valores, la ética, la moral y la fe se transmiten, modelando el carácter de los hijos. Es en la familia el primer lugar donde experimentamos la aceptación, el amor y la solidaridad y donde aprendemos a enfrentar adversidades. Precisamente son estas experiencias tempranas de pertenencia, amor y fortaleza las que sientan las bases para convertirnos en ciudadanos respetuosos y comprometidos por el bien común.
Así lo señalaron en su discurso los Presidentes y Coordinadores de la Dimensión de Pastoral Familiar de la Arquidiócesis Potosina, Arquitecta Gabriela Dauajare de Cabral y Héctor Cabral Remolina, quienes agregaron que los valores que se acuñan en familia no sólo moldean personas, sino también contribuyen a la construcción de una sociedad más humana, compasiva, solidaria, justa y en paz.
Aquella sociedad con la que nuestro querido México sueña y lucha por tener: donde se respete la dignidad del otro, de la mujer, de la familia y de toda vida en cualquiera de sus etapas. Donde se aprecie y promueva el valor insustituible de la paz.
Por eso la familia debe ser fortalecida, promovida, defendida y valorada. ¡NUNCA ATACADA Y MENOSPRECIADA! En ella y a través de ella se forjan los buenos ciudadanos, los ciudadanos de paz y los ciudadanos del cielo.
Por el contrario, es en aquellos ambientes, producto de una carente vivencia y convivencia familiar armoniosa, donde surgen los actos más violentos y donde se manifiesta cruelmente que nada, ni siquiera la vida tiene valor… mucho menos la familia, o la mujer, o la dignidad de hijo de Dios de cada ser humano.
La familia ha sido y seguirá siendo pieza fundamental de todo ser humano, de cualquier época y de cualquier lugar.
Es momento HOY de preguntarnos: ¿Qué clase de familias estamos formando en nuestra sociedad potosina, en nuestro México?
¿Estamos, como personas y como sociedad, promoviendo valores que construyan familias fuertes y unidas, resilientes y comprometidas, donde se viva la fe y ésta se convierta en hechos solidarios hacia los demás?.
No basta con la sola reflexión, debemos interpelarnos ¿Cómo vamos, desde este momento, cada uno de nosotros a colaborar para que este sueño se transforme en una realidad latente, viva y transformadora de una sociedad?.
Que esta tarde nos llevemos la misión de buscar caminos de transformación desde y por la familia, por la dignificación de toda mujer y por la defensa de la vida.
QUE SAN LUIS POTOSÍ DIGA SÍ A FAVOR DE LA MUJER, SÍ A FAVOR DE LA VIDA, SÍ A FAVOR DE LA PAZ, SÍ A FAVOR DE LA FAMILIA!
¡QUE VIVAN LAS FAMILIAS DE SAN LUIS POTOSÍ!