Este miércoles 17 de enero, a las 4:00 y 5:00 de la tarde, se llevará a cabo la Bendición de los Animales, en la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, mejor conocida como de Tequis.
El Presbítero, Rubén Pérez Ortiz exhortó a las familias potosinas a llevar a bendecir a sus mascotas en cualquiera de los dos horarios: 4:00 o 5:00 de la tarde.
Cabe señalar que en algunos otros templos, parroquias y capillas de la Arquidiócesis potosina también se llevará a cabo la bendición de mascotas, por lo que se invitó a los fieles católicos en general a llevar a sus mascotas a bendecir.
La bendición de los animales se lleva a cabo cada año consecutivo, en el día de la Festividad de San Antonio Abad (o San Antonio de la Tebaida), por ser el Patrono de los Animales Domésticos.
No deje pues de bañar a sus mascotas, para llevarlas aseadas y arregladitas a recibir la bendición, con la que recordamos que son Creación de Dios y que el Señor en su omnipotencia Divina nos los dejó como fieles amigos nuestros, dado que son quienes nos reciben gustosos al llegar a casa, después de un día muy pesado de trabajo, de estrés, preocupaciones, enfermedades y ansiedades, y ellos nos reciben como grandes amigos, con un corazón amoroso, tierno y lleno de agradecimiento.
Sobre San Antonio Abad, patrono e Intercesor de los animales, protector e intercesor de los Veterinarios, probablemente nació en el año 251 y murió en el año 356 en Quaeman, Egipto, aunque se ignoran datos de su infancia y familia. Su vida fue escrita por su discípulo, el doctor de la iglesia de Atanasio de Alejandría.
Hacia 270 profesó la fe en Cristo. Gustaba estudiar la Sagrada Escritura y decidió consagrarse al Señor, por lo que vendió sus bienes y donó sus ganancias a los pobres.
Como en su época aún no se organizaba la vida monástica, permaneció en retiro, extrema austeridad, penitencia y oración en el desierto de la Tebaida (al sur de Egipto).
Antiguas crónicas relatan que el espíritu del mal le perturbaba disfrazado de bellas mujeres o animales, debido a que el santo varón siempre bendecía a la fauna del lugar; pero el eremita por medio de plegarias y penitencia salió invicto de los embates.
Numerosos jóvenes se unieron a él y edificaron un monasterio nombrándole Abad; por lo cual es reconocido fundador de la vida monástica en el Alto Egipto.
Con el tiempo, para evitar halagos de quienes le visitaban, se instaló en Qolzoum, Palestina; donde finalmente falleció.