El trabajo de inteligencia que se realiza de forma coordinada y conjunta entre las fuerzas armadas asignadas a territorio potosino y las jurisdiccionadas en Zacatecas, Guanajuato y Veracruz, comienzan a dar como resultado el repliegue de la delincuencia hacia puntos clave que ya se tienen en mira.
En ello coinciden mandos tanto del Ejército como de la Guardia Nacional y delegación de la Fiscalía General de la República, quienes coinciden también en que el trabajo que se realiza de manera coordinada para hacer frente a la delincuencia no solo se basa en operativos o recorridos, sino en el análisis de información.
Mediante el análisis y cruce de información se identifican lugares, días, horas y formas en que se cometen ciertos delitos, lo que facilita la integración de estrategias para focalizar los operativos.
Las tareas, van mas allá de recorridos hasta zonas límites de cada jurisdicción militar o de la Guardia Nacional, “van a la caza de objetivos”, y el trabajo conjunto que comienza a fortalecerse, esta obligando a la delincuencia a replegarse a zonas con poca vigilancia o con poca presencia.
De ahí el interés de instalar bases militares para la Guardia Nacional en zonas rurales límites con estados vecinos principalmente con Veracrúz y Guanajuato, a fin de que las acciones de reacción se den con mayor inmediatez y en consecuencia con mejores resultados.
En estas zonas limítrofes es donde se ha detectado mayor actividad delincuencial y es donde se ha tenido menor presencia fija de fuerzas federales, sin embargo se busca ya, contar con instalaciones castrenses en estos lugares.
La colaboración entre fuerzas federales “va más allá de la comunicación interisntitucional”, va hacia objetivos específicos previamente focalizados y “trabajados” a través de áreas altamente especializadas.
Este trabajo ha llevado a las autoridades a detener objetivos criminales, a dar seguimiento a bandas delincuenciales, a detectar modus operandi, y a correlacionar y cruzar información diversa que coadyuva en operativos exitosos.