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Luego de presentar fallas en su estructura en algunos tramos, finalmente uno de los puentes de la carretera Cerritos-Tula colapsó dejando como saldo una persona sin vida y al menos dos lesionados.
Desde su inicio, el Proyecto Ejecutivo de la obra contaba con inconsistencias, una de ellas fue que la vía pasaría por una zona donde fueron localizados vestigios arqueológicos por lo que el proyecto debió modificar ese tramo, otra la lentitud de la empresa ganadora de la licitación, lo que obligo al gobierno del estado en ese periodo, a rescindir el contrato y repetir el proceso de licitación y adjudicación de la obra.
Apenas el día 9 de julio, la estructura del puente ubicado en el kilómetro 02+000 presento afectaciones aparentemente ocasionadas por las lluvias, siendo cerrada a la circulación vehicular, “en tanto se supervisaban los daños”, siendo reabierta después a la circulación vehicular.
El mayor deterioro identificado fue en la carpeta asfáltica presuntamente por el caudal de agua que corrió, sin que se pronosticara entonces, algún riesgo de colapso, lo que finalmente ocurrió.
ANTECEDENTES
De acuerdo con el INAH, por la ruta inicialmente proyectada por donde iría la carretera, había vestigios arqueológicos con más de mil años de antigüedad, considerados ahora como patrimonio histórico, por lo que el entonces director de la Junta Estatal de Caminos, José Carlos Valdez, sostuvo que el proyecto se modificaría desviando la ruta original en cinco kilómetros.
El 18 de septiembre de 2007, el entonces gobernador del Estado Marcelo De Los Santos Fraga dio el banderazo de inicio de la obra anunciando su terminación un año mas tarde, en ese entonces la obra estuvo a cargo de la empresa Administrador de Vías del Noroeste, a la cual se le rescindió la concesión por incumplimiento.
El proyecto ejecutivo de la obra consistió en una longitud de 54.6 kilómetros, con un costo original de mil 73 millones de pesos para conectar los puertos de Manzanillo – Tampico con un ramal hacia Lázaro Cárdenas y Veracruz-Monterrey, siendo vía de cuota que cruzaría los municipios de Guadalcázar, Cerritos y Ciudad del Maíz.
El proyecto trazó como punto de inicio de la magna obra el entronque Charco Blanco, para terminar en el entronque Plan de San Luis del kilómetro 155+000 de la carretera a Tula en Tamaulipas.
Para la terminación de la obra y absorber su costo, se requirió apoyo del banco Banobras y Fonadin, siendo concesionada a la empresa del Grupo de Infraestructura Potosina, con la participación de las empresas Pavilsa y Profesac, adjudicación de obra de la cual el entonces diputado Alejandro Vera advirtió sobre inconsistencias en la licitación.
A marzo de 2009, a casi dos años de su inicio, la obra presentaba únicamente las estructuras de lo que serian los puentes, uno de los cuales finalmente fue el que colapso.
A tres años del inicio de la obra, ésta finalmente fue inaugurada el agosto del 2010, por el presidente de la República Felipe Calderón Hinojosa y el gobernador del Estado Fernando Toranzo Fernández.
En su discurso, Calderón Hinojosa destacó que de los más de mil millones de pesos que costó la obra, el gobierno federal puso 270 a fondo perdido, “es decir, ahí están ya enterrados casi 300 millones en el pavimento, más otros 400 millones de préstamos al proyecto para poderla hacer, a través de Banobras, dando un total de 670 millones del costo total de la carretera. Añadió que hubo 311 millones de pesos más que fueron aportación de particulares y 92 millones del gobierno del estado para completar el costo de la rúa.
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