A través de diversas danzas que funcionan como una memórica de emociones e historias, se llevó a cabo el 5o Festival Nacional de Danza Tradicional Saucito Primer Viento, con el que este domingo más de 25 agrupaciones de danzantes participaron se hicieron notar por medio de su cuerpo como instrumento, su veneración al Señor de El Saucito, como parte de sus fiestas patronales.
Ahí en la Alameda Juan Sarabia los danzantes comenzaron una apoteosis al Señor de Burgos, quienes con gran fuerza y virilidad iniciaron sus bailes a través del sonido del golpeteo de sus tambores para principiar una peregrinación al ritmo de su culto, de su emoción y sobre todo con el ánimo de su espíritu religioso.
Un recorrido en donde más de 2 mil 500 personas participaron y quienes año con año, sujetas a su devoción y fidelidad católica, realizaron una serie de danzas particulares que no solo obedecen a movimientos sincronizados, sino a una práctica noble y pastoril de una tradición de más de 200 años de historia.
Con la bendición en su frente a nombre de Nuestra Señora del Carmen, los danzantes comenzaron a escribir por medio de cada uno de sus pasos, las historias que los llevan año con año a realizar esta muestra de amor irrenunciable al Señor del Saucito, recordando entre la desenvoltura de sus movimientos con la música, cada milagro cumplido y cada manda pendiente.
Sus trajes que a lo lejos parecían mostrar el vuelo y aplomo de un ave que aterriza, también exponían la alegría expresiva de sus bailes en donde sus penachos y pitillos de colores enmarcaron una escena prodigiosa en donde niños, adolescentes y personas adultas, parecían hacer mimesis con el entusiasmo genuino con el que daban cada paso.
Así recorrieron las calles del Centro Histórico, como Escobedo , Álvaro Obregón y Damián Carmona , hasta dirigirse hacia la avenida Fray Diego de la Magdalena, un camino que conoce de memoria este ritual amoroso entre danzas aztecas, apaches, chichimecas y tlaxcaltecas.
A la cabeza se encontraba Luis Sustaita del grupo dancistico “Palabra del Señor de Burgos”, quien detalló que desde hace 20 años baila en nombre de su familia para honrar a través de su peregrinaje y danza, al Señor de El Saucito y la memoria de su madre, quien lo inició en esta tradición patronal.
En donde comenzó con un baile que parecía emular la solemnidad de un Búho repleto de sabiduría interior y fortaleza,que en medio de esta fiesta de baile religioso, ceremonial y amoroso, le requirió temple y determinación, pues el trance de su baile suele durar al menos tres horas continuas.
A él se sumaron muchos otros danzantes que, a través de la sobriedad de su carácter y el genio artístico de sus bailes fortalecieron minuto a minuto la peregrinación de estas danzas como lo fueron, los integrantes del “Grupo de danza a San Judas Tadeo”.
Los niños y niñas también bailaron, hasta llegar a la Iglesia de El Saucito, en donde los gritos, las canciones y el reconocimiento de un pueblo se hizo notar a través de un fervor religioso como ninguno, en donde le dieron la bienvenida a una comunidad de danzantes que indudablemente manifestaron su fidelidad católica a este festival, que se ha convertido en la fiesta de una colonia repleta de fe.
Tras la Inauguración e inicio del recorrido del 5° Festival Nacional de Danza Tradicional Saucito Primer Viento y el arribo de los danzantes al Templo de Nuestro Señor de Burgos, se realizó la tradicional bendición de estandartes por parte del sacerdote del templo, en donde la música y el baile paró un instante, como una puesta en escena que en silencio mostró una devoción inconmensurable de cuerpo y espíritu.
Frente al altar de un templo que fue erigido en el año 1826, se escucharon sigilosamente el sonar de los coyoles, unas semillas que adornaron los pies de los danzantes peregrinos que cansados se postraron ante El Señor de Burgos , para mostrar su estandarte con orgullo y agradecer la protección y hacer llegar su ofrenda y dar fin a una caravana que conmueve a cualquiera.