Influenza y coronavirus pertenecen a familias diferentes de virus, estructuralmente y biológicamente presentan muchas diferencias, sin embargo, ambos tipos pueden originar enfermedades respiratorias desde leves con manifestaciones en nariz y faringe hasta graves con afectación de los vías respiratorias inferiores, ya que tiene capacidad de producir procesos inflamatorios en el tejido pulmonar.
Las personas tienen riesgo de morir por estos virus ya que la neumonía que ocasionan por si mismos puede complicarse con otros padecimientos como son un grupo amplio de enfermedades crónicas, entre ellas diabetes, obesidad, cáncer, enfermedad obstructiva crónica y enfermedades cardiovasculares.
Lo anterior, dificulta su tratamiento y recuperación, además durante el proceso infeccioso se producen condiciones para que se agreguen enfermedades bacterianas en el pulmón que también pueden ser de difícil control en personas que tienen el sistema inmune deprimido, como ya se mencionó antes.
El coronavirus pertenece a una familia de virus que causan enfermedades que van desde el resfriado común hasta enfermedades respiratorias más graves, circulan entre humanos y animales. A veces, los coronavirus que infectan a los animales pueden evolucionar, transmitirse a las personas y convertirse en una nueva cepa de coronavirus capaz de provocar enfermedades en los seres humanos, tal y como sucedió con el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS), en Asia en febrero de 20032 y, el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV), que fue detectado por primera vez en Arabia Saudita en 20123.
Los coronavirus humanos comúnmente causan padecimientos leves a moderados en personas de todo el mundo. Sin embargo, los dos coronavirus humanos antes mencionados, MERS-CoV y SARS-CoV, causan enfermedad grave con mayor frecuencia.
El sector salud, ha emitido diversas medidas preventivas de atención que son iguales a la de la influenza, por que comparten los mismos mecanismos de transmisión. De ahí la importancia de que todas las personas conviertan en hábito las medidas que comprenden sencillos procedimientos de higiene, tanto personales como del entorno, los cuales comúnmente se realizan en los diferentes lugares donde desarrollan sus actividades cotidianas.
Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón o utilizar gel con base de alcohol al 70 por ciento, al toser o estornudar, utilizar el estornudo de etiqueta, que consiste en cubrirse la nariz y boca con un pañuelo desechable o con el ángulo interno del brazo. No escupir, si es necesario hacerlo, utilizar un pañuelo desechable, meterlo en una bolsa de plástico, anudarla y tirarla a la basura; después lavarse las manos.
No tocarse la cara con las manos sucias, sobre todo nariz, boca y ojos, limpiar y desinfectar superficies y objetos de uso común en casas, oficinas, sitios cerrados, transporte, centros de reunión, etc., ventilar y permitir la entrada de luz solar.
Quedarse en casa cuando se tienen enfermedades respiratorias y acudir al médico si se presenta alguno de los síntomas como fiebre mayor a 38° C, dolor de cabeza, dolor de garganta, escurrimiento nasal, entre otros.