Confinamiento puede orillar a las personas a un proceso de duelo: DIF Estatal

Uno de los factores que puede ser de gran utilidad en este tipo de situación y en general en la vida de las personas, es “la resiliencia”, entendida como la capacidad de sobreponerse a situaciones difíciles

Emanuel Landeros | El Sol de San Luis

  · jueves 20 de mayo de 2021

Cortesía | Pixabay

El confinamiento por Covid-19 genera diversos estados de ánimo en las personas y puede suceder que se dé un proceso de duelo, lo anterior de acuerdo con información del personal del área de psicología del Sistema Estatal para el Desarrollo Integral de la Familia.

El confinamiento y la pandemia por el Covid-19 generan diversos estados de ánimo en las personas, así como una gran cantidad de pensamientos “y puede suceder que se dé un proceso de duelo que apenas es notorio y muchas veces es vivido sin conciencia de que suceda”.

Norma Rivera | El Sol de San Luis

Uno de los factores que puede ser de gran utilidad en este tipo de situación y en general en la vida de las personas, es “la resiliencia”, entendida como la capacidad de sobreponerse a situaciones difíciles.

La resiliencia es hacer uso de los recursos emocionales y conductuales, para llevar la situación de la mejor manera y tener certeza de que todo se mantendrá bien, a pesar de las dificultades o el dolor.

Sobre el duelo detallaron que el proceso tiene varias etapas: la primera es la negación, se decide restar importancia al problema y se intenta hacer la vida normal, para ocultar la angustia ocasionada por esta situación extraordinaria, que nunca habíamos vivido en esta magnitud.

En la segunda etapa se presentan el enojo y la culpa, con pensamientos negativos que ocasionan angustia, rencor y posibles agresiones hacia sí mismo o hacia los demás.

La tercera etapa es la de negociación, en donde se aceptan las disposiciones preventivas necesarias para el autocuidado, así como proteger a familiares y seres queridos, así como a toda la comunidad.

La cuarta etapa es la tristeza y el dolor por lo que perdimos: la movilidad, la posibilidad de estar físicamente cerca de nuestras familias y amistades, la libertad de salir a otros lugares, entre otras.

Debido al período de aislamiento las personas se aburren, se sienten encerradas, solas, en desequilibrio, debido a que se rompió su rutina; otros efectos pueden ser alteración del sueño, de la alimentación, del estado de ánimo, incluso beber alcohol o consumir drogas.

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