El semáforo epidemiológico rojo indica riesgo máximo de contagios de Covid-19, y la misión de las autoridades sanitarias del estado es reducir la movilidad, pero al parecer, apelar a la responsabilidad de las personas es el dilema, ya que el dinamismo del Centro Histórico no se detiene.
Lograr el equilibrio entre salud y mantener la actividad comercial, que es la fuente de ingresos de muchas familias en esta zona, no ha sido suficiente para reducir la afluencia de personas que por necesidad acuden a los comercios.
De inicio este fin de semana tocó pago quincena, observándose en varias instituciones bancarias las interminables filas afuera de las sucursales y en todas, si bien los usuario portaban cubrebocas, en ninguna se observó la ‘sana-distancia’.
Y es que, de acuerdo a lo observado muchos siguen sin sumarse a todas estas voluntades de la sana distancia y medidas de prevención.
El exhorto sigue siendo “quédate en casa, y cuida a la familia”, sin embargo durante un recorrido que realizó El Sol de San Luis por varias calles de la zona Centro, se observó a madres de familia, quizás abuelas o tías, pero junto a ellas, niños y niñas que acompañaban en las compras, algunos sin su cubrebocas o jugando en el suelo.
Mientras que, pese a que la Plaza de Armas continúa acordonada, sigue siendo un punto de concentración de personas de todas las edades no respetan la cinta amarilla y simplemente se sientan en la zona.
Las medidas de restricción para el comercio establecido se mantienen, en los observados no dejan ingresar a más de una persona, aplican gel antibacterial en las manos y toma de temperatura corporal, sin embargo el problema viene cuando los consumidores vienen acompañados por alguien más y estos se quedan afuera, aglomerándose afuera de las diferentes tiendas.
Se constató, pues, que en el primer cuadro de la ciudad se han relajado los protocolos de sanidad; incluso niños y adultos mayores salieron del confinamiento aplicado para semáforo rojo, y pasean.