México tendría que renunciar a la Convención de los Derechos del Niño de Naciones Unidas, si pretende disminuir la edad penal de los 18 a los 16 años de edad, indicó el abogado Jorge Chessal Palau.
Ante la controversia que hay a nivel nacional para disminuir la edad penal de los 18 a los 16 años de edad, el abogado potosino Jorge Chessal manifestó que México tendría consecuencias internacionales al haber suscrito la Convención de los Derechos de los Niños de las Naciones Unidas y podría recibir sanciones.
Recordó que en 1985, “el gobierno de Carlos Jonguitud expidió un Código Penal que contemplaba la edad mínima penal a los 16 años, fue el primer código que a nivel nacional contempló esta situación, es decir que se castigarán los delitos cometidos por personas de 16 años o más, como si fueran adultos”.
Sin embargo fue necesario adecuar ese Código Penal cuando en 1989 México se adhirió a la Convención de los Derechos de los Niños, en la cual se unificó la edad penal a los 18 años de edad; de ahí que si ahora se pretende realizar un cambio, nuestro país tendría que renunciar a dicha convención para no ser sancionado.
“Sí podemos modificar la Constitución, y si se modifica la Constitución no importa lo que diga la Convención, pero podríamos tener consecuencias internacionales en el momento que nosotros aprobáramos una reforma constitucional que fuera en contra de la Convención, se nos podrían aplicar sanciones”.
El abogado reconoció que los delincuentes utilizan a los menores de edad precisamente debido a que no son sancionados como los adultos, sin embargo mencionó que se pueden buscar otras alternativas en lugar de disminuir la edad penal de manera general.
“Los derechos fundamentales pueden tener casos de excepción cuando el valor que se está tratando de preservar es más importante, eso significaría que lo que sí podríamos hacer no es bajar la edad penal de 18 a 16 en todos los casos, pero sí podríamos establecer que cierto tipo de delitos y en ciertas condiciones, se castigaran como si fueran adultos, que es lo que sucede en los Estados Unidos”, ya que no se toma en cuenta la edad cronológica, sino la edad que representa el acto cometido.