Por ser la flor predominante en los altares de Día de Muertos, y considerársele como portal o conexión con los espíritus en esas fechas, la flor de Cempasúchil se asocia tan fuerte con la muerte, que muchos pensarían que al igual que otras flores no puede consumirse.
Sin embargo uno de los preparados con estas flores que nuestros antepasados asociaban como un símbolo de vida y muerte, que comienza a tomar auge, es el atole que se prepara a base de pétalos de cempasúchil, canela, piloncillo y leche como principales ingredientes.
Para conocer la preparación y sobre todo el sabor de este atole que comienza a conquistar cada vez más paladares, platicamos con Annia, quien en un principio y como muchas personas, desconocía las bondades que esta flor asociada con el sol puede otorgarnos.
“Todas las flores y plantas tienen cualidades maravillosas, ya sea medicinales o mágicas, en este caso la flor de Cepasuchil tiene ambas, además de las alimenticias, este es el tercer año que hago atole, había hecho solo de rosas y un día se me ocurrió ver si podía comerse el Cempasuchil, busque y o sorpresa había varias recetas así que hice la mía propia”.
El sabor de este atole es exquisito, y en la receta comparte Annia se prepara con
- 15 Flores de cempasúchil grandes
- 1/2 litro de agua
- 3 litros de leche
- 1 ramita de canela
- 1 cono de piloncillo
- 250 grs de fécula de maíz
- Y un chorrito de vainilla
Primero se deshojan las flores y se lavan y desinfectan los pétalos, en una olla se pone a hervir el ½ litro de agua con la canela y el piloncillo, una vez que se disuelva el piloncillo, se agrega la leche, reservando un poco para licuar las flores.
Desde que comienza este proceso, el aroma de esta flor milenaria comienza a invadir todos los espacios, anunciando su presencia, y creando un ambiente místico por su relación con la muerte, pero a la vez de vida, al expandir con su olor la luminosidad con que se le relaciona con el sol, con la vida.
Rodeada de este ambiente, Annia prosigue a poner en la licuadora los pétalos de los Cempasuchiles con un poco de leche licuando con la fécula de maíz, dice que no es necesario colar, ya que la flor es muy suave y no afecta la consistencia.
Moviendo suavemente y disfrutando del intenso aroma, deja hervir la leche y luego vacía la mezcla, dejando que la flor suelte todo su aroma y su sabor, dejando también, que todo se integre y tome la consistencia deseada.
Se deja hervir unos 10 minutos más, moviendo con una de una cuchara de madera para evitar que la masa se haga grumos, ya casi al finalizar se agrega el chorrito de vainilla para darle un toque suculento, y se apaga y se deja reposar por unos minutos y estará listo para servir. “El sabor es tan sutil y delicioso qué lo amarás”.
Para quienes presenciamos, deleita observar este proceso, desde la forma en que se deshoja la flor, el mezclar cada ingrediente de manera tan ritualmente cuidadosa, hasta que se degusta el primer sorbo con el aroma prácticamente en todos los poros de la piel.
Mientras el atole se hervía para probarlo, que por cierto sabe muy rico, totalmente recomendable, platicamos con Annia sobre las muchas propiedades de esta flor, sobre los mitos, realidades y tradiciones, de acuerdo con leyendas, la flor y pétalos de Cempasuchil sirven para guiar el camino de las almas que bajan del cielo para llevarse el olor de cada una de las cosas que se colocan en los altares.
Como comenta Annia, la flor de Cempasuchil tiene muchas bondades, tanto alimenticias como medicinales y mágicas, destacando su uso para el tratamiento de padecimientos digestivos, fiebre e incluso enfermedades respiratorias como la tos.
En algunos lugares se utiliza para tratar problemas de la piel como verrugas, salpullido y llagas, entre otros, también actúa contra Staphylococcus aureus, que causan infecciones cutáneas; contra Bacillus cereus, que provocan diarrea, dolor abdominal y náuseas, y contra la Escherichia coli, causante de infecciones estomacales y diarrea.
Para aliviar el dolor de estomago se mezclan los pétalos de la flor con hierbabuena, con cáscara o jugo de limón para la bilis y se bebe en ayunas.
Entre los usos alimenticios, la flor de Cempasuchil se consume además de atole, en crema de flores, pollo con salsa de cempasúchil, tortitas de flor en caldillo, quesadillas, pan de muerto, y como materia prima para elaborar cervezas artesanales, nieves o un buen pulque entre otros platillos.
Receta para un atole de flor de Cempasúchil, en video:
Se dice que sus propiedades mágicas van de la mano con el elemento fuego y se asocia con la pasión ya que se considera un afrodisíaco que se usa en vino tinto, pero también para curar de espantos y malos aires, energías negativas o mejor conocido como mal de ojo, entre otras.
Otros usos de la flor de Cempasúchil es como colorante natural para teñir objetos, prendas o alimentos, en la avicultura suele utilizarse para alimentar a las aves con el fin de que su piel y la yema de los huevos aumenten su coloración amarilla.