Era la tarde-noche del 3 de agosto de 1997 en la Plaza México, cuando el entonces novillero Julián López enfrentó a Feligrés dando una faena histórica que los amantes de la fiesta brava todavía recuerdan, y que significó un parteaguas para el que hoy está convertido en un torero de leyenda.
Uno de los más de 70 pases que dio ese día el “Juli” quedó plasmado en la obra del potosino Guillermo Gaviño, quien falleció hace algunos años, un pintor extraordinario que decidió dejar en la inmortalidad este momento importante en la vida de aquel novillero de 14 años que armó la escandalera en La México.
“Fue un gran apasionado de la fiesta taurina. Esta pintura en especial fue hecha hace más de 25 años cuando justamente El Juli era novillero y tenía 14 años, él la pintó de memoria porque en esa ocasión se indultó este toro”, comentó Sonia Barrera nuera de don Guillermo.
La familia de don Guillermo quiere entregarle esta pintura al torero español a manera de homenaje, algo que el artista hubiera querido pues sentía una gran admiración por El Juli.
“Pensábamos que le gustaría a don Guillermo de estar con nosotros que, si El Juli pudiera tener esta pintura sabiendo el cariño que él le tenía y la gran admiración, sería un homenaje a su trayectoria y que él apostó por él, o sea, a los 14 años él ya era una figura y ahorita es lo máximo en España y en México”, dijo Sonia Barrera.
Don Guillermo dedicó 60 años de su vida en plasmar las escenas que él grababa en su mente de las corridas a las que asistía, pintando innumerables obras artísticas de la fiesta brava.
“El patrimonio que nos deja como familia es alrededor de 400 obras, el pintó más de 60 años todos los días su pasión que era justamente la mayoría era de la fiesta brava y como familia nosotros somos los que lo resguardamos y nos encantaría que la gente las pudiera ver y sobre todo aprender”, finalizó.
En aquella tarde Julián López estuvo acompañado de José Antonio Iniesta, Alberto Huerta y Gerardo García con novillos de Xajay, en una tarde histórica en la que El Juli salió llorando y hombros de una afición extasiada en la Plaza México.