En el marco del 128 aniversario de la Plaza Monumental El Paseo, Diego San Román con una buena faena y un estoconazo, resultó ser el triunfador al cortar dos orejas en su segundo toro, mientras que Pablo Hermoso, que sigue en el corazón de la afición, cortó una oreja y Arturo Gilio realizó dos buenas faenas, pero falló con el acero. Toros de Bernaldo de Quiroz, que resultaron desiguales y todo esto ante un lleno total.
Pablo Hermoso de Mendoza, con su primero salió muy en su estilo, alegre con entrega y toreando magistralmente a su enemigo. Primero colocó dos rejones de adorno en muy buena colocación y luego dos banderillas con uno de sus caballos y al cabo de colocarlas llevó muy templadamente al toro por todo el ruedo, lo que provocó el entusiasmo de la afición y lo mismo ocurrió con otro par de banderillas, culminando con tres cortas y lo que también hizo lucir la faena fue la bravura del toro, aunque en la suerte suprema estuvo parado y Pablo pinchó dos veces, por lo que tuvo que echar pie a tierra para descabellar, consiguiéndolo en su segundo intento.
Pablo se retiró entre aplausos. Con su segundo puso un solo rejón, pero se lució toreando al de Bernaldo de Quiroz para luego poner tres banderillas al quiebre, luego otras tres banderillas, pero no podía faltar el rehilete, el que repitió hasta tres veces.
Siguió con banderillas cortas, se hizo aplaudir al realizar El teléfono y culminó con banderillas a dos manos. Pinchó una vez, pero en el segundo logró un rejonazo que hizo doblar pronto al toro. El juez le concedió una oreja y arrastre lento para el toro.
Diego San Román, en su primero recibió de verónicas y los oles se escucharon fuerte cuando hizo un quite. Al iniciar su faena de muleta lo hizo con el péndulo y con los pies muy pegados a la arena le pegó tres tandas de derechazos, por naturales el toro le fue bien, pero regresó pronto con la diestra. El toro se fue quedando, pero el queretano utilizó el recurso de torear entre los pitones. Se tiró a matar, pinchó una vez y luego el estoconazo para retirarse en silencio. En su segundo nada con el capote y con la muleta abrió con tanda de rodillas y aunque el toro por momentos se quedaba San Román es un toro que sabe de recursos y lo hizo entrar nuevamente en la faena sacándole pases desde la espalda y toreando con los pies muy fijos. Se decidió entrar a matar, pero antes una nueva tanda de rodillas y así calentó el ánimo. Lo mejor vino con el estoconazo de rápidos efectos y el juez le concedió las dos orejas.
Arturo Gilio abrió de verónicas y se hizo lucir en el quite. Con la muleta abrió con tanda de rodillas y se escucharon los oles al torear tanto de derechazos como por naturales y aunque el toro se fue quedando, no así el entusiasmo del torero que le intentó con todos sus recursos. Entró a matar y cobró una estocada completa, pero el toro se veía muy completo y tuvo que descabellar, consiguiéndolo en el primer intento para retirarse entre aplausos. Con el que cerró plaza Arturo recibió de verónicas y luego con la muleta ante un toro que no era todo lo bueno que se deseara, le fue sacando la faena, principalmente toreando con suavidad y arrancando algunos oles de los aficionados. El desplante torero, lasernistas de rodillas y todo quedó listo para la suerte suprema, pero pinchó dos veces antes de la estocada entera y caída y se retiró entre palmas.