Isabel Allende (Lima, 1942) se siente decepcionada de la cantidad de ciudadanos latinos que votaron por Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, y aunque Joe Biden ganara la presidencia, quedará sentado en la historia del país la alta preferencia por la dictadura.
“Estoy lidiando la situación política transpirando, con una angustia tremenda, entre whisky, marihuana, pastillas para dormir he pasado estos dos día porque ha sido un estrés tremendo, 68 millones de personas votaron por Trump a pesar de este desastre, evidentemente este país vota por un autodictarismo, en vez de la democracia”, expresó la novelista peruana en conferencia de prensa virtual.
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Al presentar su más reciente libro “Mujeres del alma mía” (Plaza&Janes), la escritora señaló que es tremendo darse cuenta cómo las segundas o terceras generaciones de latinos en Estados Unidos, hijos de migrantes, prefirieron a Trump y no un horizonte hacia la democracia, en uno de los momentos más críticos de violación a los derechos humanos en la frontera.
“Hay 541 niños que no pueden encontrar a sus padres, están en un lugar de detención, tres años durmiendo en el suelo; la situación de la mujer latina nunca fue así, porque ahora tiene que lidiar con el machismo. Y hay 32 millones de latinos que pueden votar en Estados Unidos y que muchos de ellos hayan votado por Trump me tiene muy decepcionada”, aseguró la escritora quien vive en California.
Isabel Allende aborda la condición de la mujer actual justamente en su más reciente novela, una suerte de autobiografía que sirve de reflejo para todas las mujeres latinas en el mundo. Es, confesó, uno de sus ensayos más personales donde habla igual de su madre Panchita y su hija Paula, ambas fallecidas.
Pero sin dejarse caer en la depresión, la también autora de La casa de los espíritus señala que el libro es también un grano de arena a la lucha del feminismo, un movimiento urgente y necesario que, asegura, se ha malentendido en el presente.
“El feminismo necesita mucho ruido, ir adelante y con ruido. Además es algo alegre no hay que planteárselo como una lucha, es alegre, es con música con entusiasmo con camadería, con solidaridad”, declaró la escritora de 78 años de edad.
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