Tras cuatro días de charlas y conversatorios, el festival feminista “Huellas de la misoginia en la narrativa” finalizó con un éxito rotundo. A pesar de que este evento se llevó a cabo vía redes sociales a través de videoconferencias, el alcance de vistas y de personas que se dieron cita para formar parte de este evento de manera virtual sobrepasó las expectativas.
Con una charla donde se analizó cómo generar espacios y dar validez a la presencia de las mujeres en la cultura, Carolina Quintanilla, Aida López (ambas fotógrafas documentales) y Marcela del Muro (periodista de investigación) cerraron este encuentro literario, en el que se abrió el diálogo para repensar quiénes son las mujeres narradoras.
Es por ello que cada una de ellas manifestó cómo se dio la organización de este encuentro, como lo gestionaron y qué se necesita para que haya más incidencia femenina en el mundo cultural, “¿De dónde provienen y nacen los proyectos? de los hombres, pero esta concepción es porque las mujeres siempre hemos sido subordinadas, porque la historia siempre ha sido contada por hombres, en donde no existimos. Por ello es importante nombrarnos y trabajar. También es necesario tener una red de apoyo entre mujeres, difundir su trabajo, y en colectividad fortalecerlo”, manifestó Marcela.
Por su parte Caro Quintanilla, recalcó la importancia de reafirmar que las mujeres son un vínculo importante para conocer otras historias, “Todas narramos, desde las que cocinan hasta las que pintan. Cuesta nombrarnos cada quien desde nuestros espacios, pero al hacerlo tenemos una responsabilidad muy grande con nosotras mismas y las demás. También es importante narrar lo personal, nosotras al reconocernos podemos gestionar y formar espacios donde nos podamos desarrollar, nos encontramos, nos entramamos”.
En este evento participaron un total de 21 mujeres creadoras y de 5 colectivas, fue organizado como un espacio de reflexión y denuncia hacia diversas instituciones culturales que siguen contemplando en sus programas y proyectos a hombres agresores.
Finalmente entre las participantes y las espectadoras, se intercambiaron dudas y propuestas, se realizó un diálogo continuo y se terminó con un unísono desenlace “Clausuramos el ciclo de charlas, mas no la articulación entre nosotras.
¡Dialoguemos juntas todas las narradoras!”.
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