Se abren las puertas a nuevas alternativas literarias como esta de Norma Lojero Vega sobre una escritora de gran calado, pero poco reconocida, hasta ahora
En México existen autores de gran calado, pero que se quedan en el olvido. Ese ha sido, hasta ahora, el caso de Josefina Vicens, novelista, periodista y guionista de cine, que se vio en la necesidad de usar los pseudónimos de Pepe Faroles o Diógenes García debido al contexto de misoginia y homofobia en el que vivió.
Ahora se ha desempolvado la figura de esta escritora al presentar el libro “Josefina Vicens. Una vida a contracorriente… Sumamente apasionada”, de la autoría de Norma Lojero Vega, profesora universitaria, quien se siente profundamente identificada con Josefina porque —dice—, “no me gusta quedarme callada”.
Se trata de una biografía novelada que intenta reconfigurar la obra de Josefina Vicens, para mostrar su andar comprometido con la lucha social que rompió los cánones establecidos de la palabra escrita. La obra incluye los testimonios de quienes la conocieron, los cuales la describen como una mujer solidaria y amorosa y quizá también reflejo de la otredad.
Lucía Valdés, artista visual, aseguró que era necesario hacer visible el papel de Josefina Vicens para la historia de este país: “Es hacer visible una actitud ante la vida y la sociedad dominante, así como hacer visible una situación histórica y política, una situación de desigualdad social, de injusticia y corrupción, que no sólo vivió Josefina y el México del siglo XX sino también nosotros en el XXI”.
Víctor Manuel Medina, escritor, consideró que Josefina Vicens es una de tantos autores que se han quedado en el olvido en México, porque no están integrados al canon establecido: “Esto se debe a que es muy común que en México se considere en la crónica, en el estudio de la publicación y, por así decirlo, en la fama, a un grupo más o menos reconocido de autores que, a querer o no, forman parte de una especie de mafia”.
Finalmente, Norma Lojero Vega dijo haber escrito esta obra porque se identificó en gran parte tanto con Josefina Vicens como con los lectores de escritores poco reconocidos, lo que se refleja en el estilo literario de esta novela biográfica: “Yo tuve muchos conflictos al escribirla porque el género de la biografía corresponde a ciertas estructuras, pero nunca me he sentido cómoda en esas estructuras que uno debe seguir en la vida”.
