El mundo da un giro,
y todo parece perfecto
cuando sonríe un niño,
un mágico momento.
Dejémonos contagiar
por su gran optimismo,
hay que reír sin parar,
como cuando éramos niños.
El ambiente es mejor
con la infantil sonrisa,
llena de gozo y amor,
sincera y sin malicia.
Los festejamos en abril
y es grato y sorprendente,
ver esa sonrisa infantil
con un pequeño presente.
El entorno transforma
con su gracia y energía,
a todos nos ilusionan,
nos transmiten alegría.
En los recuerdos busquemos
aquella sonrisa infantil,
para que nunca olvidemos
que se puede ser feliz.