/ martes 15 de septiembre de 2020

Ceguera de la 4T en contra de las mujeres

En el discurso presidencial pero sobre todo en las acciones del Gobierno Federal de la denominada Cuarta Transformación, hay un desdén por las causas de las mujeres.

Quienes representamos más del 50 por ciento de la población mexicana no recibimos ni una sola mención en el informe presidencial realizado el pasado primero de septiembre desde el Palacio Nacional.

La desigualdad, la invisibilidad, la ignorancia, la intolerancia y el menosprecio, están plasmados en la forma de actuar y de gobernar.

Si las mujeres no estamos presentes en un informe de gobierno, menos lo vamos a estar en las políticas públicas y el presupuesto.

Para que las mujeres estemos representadas en la sociedad se requiere de acciones contundentes y de empatía para la causa, pero está claro que en este Gobierno Federal hay retrocesos muy marcados. No sólo se ha incrementado la inseguridad, el desplome de la economía, los recortes presupuestales a rubros como salud y la educación, por supuesto que las mujeres ni siquiera existimos para este gobierno.

En campaña el actual inquilino de Palacio Nacional, dijo que su gobierno era el de la esperanza y también dijo que la corrupción se iba a barrer como las escaleras de arriba hacia abajo. Ninguna de las dos cosas se han cumplido y para ello están las cifras de organismos internacionales y del propio INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) que han confirmado que la corrupción en el país se ha incrementado al igual que los índices de pobreza.

En este Gobierno hemos visto recortes asfixiantes al Instituto Nacional de las Mujeres y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia en Contra de las Mujeres, así como a los programas para atender a las víctimas de violencia y las estancias infantiles, este último beneficiaba en su gran mayoría a madres solteras.

Desde Palacio Nacional se ha negado de manera sistemática la violencia contra las mujeres. En México al menos 10 mujeres son asesinadas en este país y cuando los colectivos convocaron a un día sin mujeres en el pasado mes de marzo, al Presidente de la República sólo se le ocurrió decir que la derecha estaba metida en las protestas y que era un asunto de los conservadores para fastidiar a su gobierno.

La misma Secretaria de Gobierno Olga Sánchez Cordero señaló que desde el inicio de la pandemia cada día 3 mil mujeres piden auxilio por la violencia de género; como era de esperarse el Presidente no se quedó callado y aunque no dio más detalles, señaló que el 90 por ciento de las llamadas donde las mujeres solicitan ayuda son falsas. “No quiero decir que no existe la violencia contra las mujeres, pero el 90% de las llamadas que registran por violencia contra mujeres son falsas, está demostrado”.

Es evidente, que mientras desde Palacio Nacional se siga invisibilizando y evadiendo la violencia en contra de las mujeres, las prioridades del actual gobierno no van a cambiar y lamentó mucho que por ceguera y capricho no se consideren políticas públicas para este sector de la población. Como mujer y Diputada Federal me queda seguir luchando para que podamos tener un presupuesto acorde a las necesidades y a la importancia que representamos dentro de la sociedad.

En el discurso presidencial pero sobre todo en las acciones del Gobierno Federal de la denominada Cuarta Transformación, hay un desdén por las causas de las mujeres.

Quienes representamos más del 50 por ciento de la población mexicana no recibimos ni una sola mención en el informe presidencial realizado el pasado primero de septiembre desde el Palacio Nacional.

La desigualdad, la invisibilidad, la ignorancia, la intolerancia y el menosprecio, están plasmados en la forma de actuar y de gobernar.

Si las mujeres no estamos presentes en un informe de gobierno, menos lo vamos a estar en las políticas públicas y el presupuesto.

Para que las mujeres estemos representadas en la sociedad se requiere de acciones contundentes y de empatía para la causa, pero está claro que en este Gobierno Federal hay retrocesos muy marcados. No sólo se ha incrementado la inseguridad, el desplome de la economía, los recortes presupuestales a rubros como salud y la educación, por supuesto que las mujeres ni siquiera existimos para este gobierno.

En campaña el actual inquilino de Palacio Nacional, dijo que su gobierno era el de la esperanza y también dijo que la corrupción se iba a barrer como las escaleras de arriba hacia abajo. Ninguna de las dos cosas se han cumplido y para ello están las cifras de organismos internacionales y del propio INEGI (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) que han confirmado que la corrupción en el país se ha incrementado al igual que los índices de pobreza.

En este Gobierno hemos visto recortes asfixiantes al Instituto Nacional de las Mujeres y la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia en Contra de las Mujeres, así como a los programas para atender a las víctimas de violencia y las estancias infantiles, este último beneficiaba en su gran mayoría a madres solteras.

Desde Palacio Nacional se ha negado de manera sistemática la violencia contra las mujeres. En México al menos 10 mujeres son asesinadas en este país y cuando los colectivos convocaron a un día sin mujeres en el pasado mes de marzo, al Presidente de la República sólo se le ocurrió decir que la derecha estaba metida en las protestas y que era un asunto de los conservadores para fastidiar a su gobierno.

La misma Secretaria de Gobierno Olga Sánchez Cordero señaló que desde el inicio de la pandemia cada día 3 mil mujeres piden auxilio por la violencia de género; como era de esperarse el Presidente no se quedó callado y aunque no dio más detalles, señaló que el 90 por ciento de las llamadas donde las mujeres solicitan ayuda son falsas. “No quiero decir que no existe la violencia contra las mujeres, pero el 90% de las llamadas que registran por violencia contra mujeres son falsas, está demostrado”.

Es evidente, que mientras desde Palacio Nacional se siga invisibilizando y evadiendo la violencia en contra de las mujeres, las prioridades del actual gobierno no van a cambiar y lamentó mucho que por ceguera y capricho no se consideren políticas públicas para este sector de la población. Como mujer y Diputada Federal me queda seguir luchando para que podamos tener un presupuesto acorde a las necesidades y a la importancia que representamos dentro de la sociedad.

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