/ viernes 2 de agosto de 2019

A fuego cruzado


RENUNCIA.- La renuncia del jefe de la Policía Estatal, Raúl Alanís, tiene muchas lecturas. Es preocupante, por ejemplo, que quien tuvo la responsabilidad de mantener la seguridad hable de la falta de mando que tuvo para tomar decisiones y de políticas fallidas en materia de seguridad por culpa de su superior, el secretario de Seguridad, Jaime Pineda. O que señale irregularidades o informes ficticios que seguramente pronto se conocerán.

DESINFORMACIÓN.- Pero preocupa más la apresurada reacción del Gobierno estatal, que de la mano de Pineda, intente restar importancia a los señalamientos del ahora ex jefe policíaco, en lugar de ofrecer una investigación o, al menos, enterarse cuál es la información que el secretario oculta a sus superiores, como acusó en su carta de renuncia. Por cierto, en la administración pública se enteraron primero en redes sociales de su dimisión.

TORMENTA.- A Pineda ya no le llueve ni le llovizna, es una gran tormenta la que tiene encima. El frustrado juicio político, los reclamos que debió enfrentar porque no se habían cumplido las promesas a los policías para mejorar sus percepciones, la mayor percepción de inseguridad de los potosinos, y ahora las acusaciones en su contra de quien se supone fue su mano derecha, lo deben tener contra la espada y la pared. Por alguna razón, él sigue en el cargo... aunque no se sepa ni el nombre de las colonias más conflictivas de la capital.

MAL VISTO.- Por unas horas, la corporación estatal quedó en manos del jefe de operaciones, Samuel Ruiz Montalvo, un mando que no es bien visto por la tropa y que carga con el pesado lastre de tener a un familiar que en varias ocasiones ha caído tras las rejas por su presunta participación en hechos delictivos.

AÑOS DE SERVICIO.- Sin embargo, la llegada de Carlos Arturo Landeros Hernández para tomar las riendas de la Policía Estatal es un aliciente significativo. Landeros Hernández es un policía federal con más de una veintena de años en servicio, y que suplió precisamente a Pineda cuando dejó la delegación de la Policía Federal para ir a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, a finales de 2017.

QUE NO IBA EL ALCALDE.- La tarde de este jueves ocurrió un percance automovilístico en avenida San Pedro, muy cerca del Anillo Periférico, ente un taxi y un vehículo oficial de la alcaldía de Soledad de Graciano Sánchez. Trascendió que en la segunda unidad viajaba el alcalde Gilberto Hernández Villafuerte, pero la versión se desmintió oficialmente. Del percance, por fortuna, solamente dejó saldo de daños materiales.


RENUNCIA.- La renuncia del jefe de la Policía Estatal, Raúl Alanís, tiene muchas lecturas. Es preocupante, por ejemplo, que quien tuvo la responsabilidad de mantener la seguridad hable de la falta de mando que tuvo para tomar decisiones y de políticas fallidas en materia de seguridad por culpa de su superior, el secretario de Seguridad, Jaime Pineda. O que señale irregularidades o informes ficticios que seguramente pronto se conocerán.

DESINFORMACIÓN.- Pero preocupa más la apresurada reacción del Gobierno estatal, que de la mano de Pineda, intente restar importancia a los señalamientos del ahora ex jefe policíaco, en lugar de ofrecer una investigación o, al menos, enterarse cuál es la información que el secretario oculta a sus superiores, como acusó en su carta de renuncia. Por cierto, en la administración pública se enteraron primero en redes sociales de su dimisión.

TORMENTA.- A Pineda ya no le llueve ni le llovizna, es una gran tormenta la que tiene encima. El frustrado juicio político, los reclamos que debió enfrentar porque no se habían cumplido las promesas a los policías para mejorar sus percepciones, la mayor percepción de inseguridad de los potosinos, y ahora las acusaciones en su contra de quien se supone fue su mano derecha, lo deben tener contra la espada y la pared. Por alguna razón, él sigue en el cargo... aunque no se sepa ni el nombre de las colonias más conflictivas de la capital.

MAL VISTO.- Por unas horas, la corporación estatal quedó en manos del jefe de operaciones, Samuel Ruiz Montalvo, un mando que no es bien visto por la tropa y que carga con el pesado lastre de tener a un familiar que en varias ocasiones ha caído tras las rejas por su presunta participación en hechos delictivos.

AÑOS DE SERVICIO.- Sin embargo, la llegada de Carlos Arturo Landeros Hernández para tomar las riendas de la Policía Estatal es un aliciente significativo. Landeros Hernández es un policía federal con más de una veintena de años en servicio, y que suplió precisamente a Pineda cuando dejó la delegación de la Policía Federal para ir a la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, a finales de 2017.

QUE NO IBA EL ALCALDE.- La tarde de este jueves ocurrió un percance automovilístico en avenida San Pedro, muy cerca del Anillo Periférico, ente un taxi y un vehículo oficial de la alcaldía de Soledad de Graciano Sánchez. Trascendió que en la segunda unidad viajaba el alcalde Gilberto Hernández Villafuerte, pero la versión se desmintió oficialmente. Del percance, por fortuna, solamente dejó saldo de daños materiales.

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