Necesidades espirituales son reales, templos no pueden cerrar: Priego Rivera

"No puede ser que una tortillería esté abierta y que un templo esté cerrado, las necesidades espirituales son reales y no las podemos nosotros minimizar"

Daniela Aranda | El Sol de San Luis

  · miércoles 22 de abril de 2020

Vocero de la Arquidiócesis de San Luis Potosí, Juan Jesús Priego Rivera / Norma Rivera

Pese a que la Arquidiócesis Potosina ha endurecido las medidas sanitarias en los templos, para evitar la propagación del Covid-19, habrá algunos que permanecerán abiertos pero sólo permitirán un aforo máximo del 20 por ciento, pues hay feligreses que tienen necesidades espirituales que deben ser atendidas.

Al respecto, el vocero de la Arquidiócesis, Juan Jesús Priego Rivera, manifestó que ante la situación que estamos viviendo, hay mucha gente que busca reconectarse con Dios y ellos como sacerdotes no pueden minimizar esa necesidad de la gente, por lo que aseguró que habrá comisiones que estarán vigilando el acceso de las personas en las iglesias, para no exceder el límite.

“No puede ser que una tortillería esté abierta y que un templo esté cerrado, las necesidades espirituales son reales y no las podemos nosotros minimizar; habrá iglesias abiertas y yo les puedo asegurar que en la gran parte de los templos se están tomando las medidas necesarias para que estos no sean lugares donde se pueda contagiar el Covid-19”, expresó.

Por otro lado comentó, que algunas otras medidas que tomarán son: continuar celebrando la Eucaristía y los Sacramentos a puerta cerrada y sin convocar al pueblo, o con un mínimo de fieles; no organizar fiestas patronales hasta que se haya levantado la Emergencia Sanitaria por la autoridad competente; suprimir las pilas de agua bendita; queda prohibido besar y tocar por devoción las imágenes que se encuentran en los templos; sanitizar constantemente los templos, sobre todo aquellos que permanecen abiertos.

En cuanto a celebración de exequias indicó que, en el caso de quienes fallecen por Covid-19 el ataúd va a ir sellado directo al cementerio, por lo que no habrá misas de cuerpo presente, pues aunque el cadáver no puede contagiar probablemente haya familiares que son portadores del virus.