Es recomendable que los centros públicos formen empresas o que propicien que los trabajadores hagan las suyas, para que la información y los resultados de sus investigaciones realmente lleguen a la sociedad, recomendó Alexei Fedorovish Licea, quien impartió una conferencia sobre la Formación de Empresas de Base Tecnológica.
En el marco de las actividades de la Semana de la Propiedad Intelectual organizada por la Dirección de Vinculación del Instituto Potosino de Investigación Científica y Tecnológica, A.C., (IPICYT), se llevó a cabo la conferencia Formación de Empresas de Base Tecnológica, (SPINOFF), en los Centros Públicos de Investigación, CPI.
El invitado es un académico e investigador, actualmente Director de Impulso a la Innovación y el Desarrollo del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), y habló sobre la importancia de aclarar dudas e impulsar la formación de Empresas de Base Tecnológica ya que existe una gran cantidad de mitos y errores con relación a la generación de propiedad intelectual, la transferencia de tecnología, los licenciamientos y la formación de empresas de base tecnológica (SPINOFF).
Es un aspecto que marca la Ley de Ciencia y Tecnología en nuestro país, y enfatizó que “ya sea que las creen o que los centros propicien que los trabajadores formen sus empresas, para que la investigación realmente llegue a la sociedad. Siempre se ha hablado de que todos tienen que tener acceso a los resultados de las investigaciones, pero tradicionalmente los investigadores escribimos artículos que suelen estar redactados de manera muy técnica. Una de las maneras para que ese tema llegue a la sociedad, es comercializando o realizando productos de los desarrollos tecnológicos de los centros de investigación, ya que la Ley ofrece la opción de que se formen estas empresas.”.
El conferencista precisó que “lo ideal sería que cada investigador, pueda llegar a un punto en el que vea que algún descubrimiento tiene potencial, entonces la institución encargada tiene la obligación de protegerlo con una patente y transferirlo a una empresa ya establecida”. Y aclara que no necesariamente es el único camino “existe otro camino, también el investigador puede crear su propia empresa, el motivo para hacerlo puede ser muy diferente y respetable. Las motivaciones pueden ser diferentes, son válidas y la ley lo permite, desde el que quiere ganar un poco más hasta el que se empeña en hacer llegar los avances a la población. Por eso es importante esta plática”.
Hay ejemplos muy exitosos de investigadores que crearon sus empresas, como por ejemplo, Bill Gates, fundador de la empresa Microsoft, y añadió que aquí en nuestro país también los hay, “para dar a conocer algunos ejemplos sólo basta ver lo realizado por la UNAM en su Instituto de Biotecnología o lo realizado en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del Politécnico”.
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