Celebración navideña pero sin desenfrenos y sin gastos excesivos, pide arzobispo

Que el Adviento y las Posadas se centren en regocijarnos con Cristo y en Cristo, ése es el principal objetivo

Angélica Maldonado | El Sol de San Luis

  · viernes 9 de diciembre de 2022

Angélica Maldonado | El Sol de San Luis

“Les invito a preparar una celebración navideña pero sin desenfrenos y sin gastos excesivos, obsoletos o superfluos, que sólo dejan profundos vacíos de vanidad y egoísmo y muchas veces, por ende, deudas impagables, por comprar lo que no necesitábamos; debemos estar muy conscientes que el consumismo exagerado nada tiene que ver para celebrar el Nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, porque más que un regalo, se regala el amor, nuestra presencia, es dar nuestro ser y amor a Dios y a los demás*.

“Ojalá que de verdad nos preparemos con un sincero corazón para vivir en paz, en armonía, viviendo en el amor de Cristo y con Cristo. Precisamente este Tiempo Litúrgico del Adviento que estamos celebrando y que anteceden cuatro domingos a la magna celebración solemne y jubilosa de la Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, nos debe hacer recapacitar en lo que hemos hecho de bien, y qué hemos hechos mal o en qué le hemos fallado a Dios, qué debemos mejorar y que errores hay que enmendar y mejorar”, ese es el llamado que Dios-Niño nos hace, el vivir su Evangelio con alegría, entusiasmo, entrega y plenitud; debemos vivir con Él, en Él y únicamente para Él”.

Así lo señaló el Arzobispo de San Luis Potosí, Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe, quien agregó: “Porque el corazón creado por Dios, es decir el ser humano, se nos dá precisamente para recibir ese gozo tan especial del Señor, por lo que los invito a preparar una celebración navideña con un corazón puro, limpio, transparente, con tradición autóctona, con historia, reviviendo nuestras raíces y tradiciones que son verdaderamente hermosas”.

“Claro está que cada quien celebra como quiere o como mejor le parezca o considere pertinente, pero el mejor regalo, la mejor presencia y mayor alegría sea el gozo del Nacimiento de Cristo bendito, nuestro Rey, y es Él quien nace, el que debe ser festejado, eso no lo debemos perder ni de vista ni de nuestros objetivos. Él es el centro de nuestra celebración, no podemos festejar con excesos ni con frivolidades que no vienen al caso y que la verdad, no son gratas a los ojos de Jesús”.

“Sigamos preparándonos en el tema de las posadas, pero dándole un sentido auténtico, evangélico, su esencia es el celebrar los nueve días que peregrinaron y buscaron posada María encinta, y José, y que no se pierdan las tradiciones, claro que necesitamos ese encuentro festivo, ese convivio, porque es parte de nuestra naturaleza, y más después de una pandemia, pero sin dejar de lado ni olvidarnos, que la mejor alegría que inunde el corazón del ser humano y ayude realmente a mejorar nuestra sociedad en la que vivimos es la presencia de Cristo Jesús-Niño que ha venido a redimirnos”.