Sin recurrir a alguna representación, asociación o sindicato, propietarios y encargados de bares y cantinas optaron por acudir personalmente a presentar sus protocolos sanitarios, lo que les ha permitido su reapertura durante el semáforo naranja; los que siguen cerrados, seguirán así hasta que no reacondicionen sus locales.
La reapertura de estos sitios ha sido autorizada tanto por la Coepris como por el Ayuntamiento capitalino, tanto a través de su dirección de Comercio y de la Unidad de Gestión del Centro Histórico, si están instalados en el centro de la ciudad.
De acuerdo con varios de ellos, esperaron el tiempo suficiente para que representantes hicieran algo por ellos, pero al final optaron por acudir directamente a las instancias y presentar sus protocolos.
Así, tanto restaurantes, restaurantes bares, bares y cantinas ya comenzaron a reabrir sus puertas, luego de que inspectores de de salud y municipales dieron el visto bueno a sus protocolos y reacondicionamiento de espacios.
Además de gel antibacterial tapetes sanitizantes y cubrebocas obligatorio para el personal que labora, se debieron realizar algunos cambios, como la protección plástica en la barra, el retiro de "periqueras" en barra -porque no se permite a más de tres clientes en ese espacio-, y se debieron eliminar algunas mesas para mejorar el espacio entre cada una de ellas, y respetar la sana distancia.
Reconocieron que hay algunas dudas en torno al número de clientes, pero la afluencia se ha mantenido entre el alrededor del 25 por ciento y a veces menos.
Hasta el momento, no se sabe si alguno de estos establecimientos abrió por su cuenta, es decir, sin autorización oficial, pero señalan que hacerlo es muy arriesgado porque los inspectores están al pendiente día y noche.