Fue en 1994, gracias al documental Oaxacalifornia, de Trisha Ziff, que el mundo pudo conocer de cerca la realidad de los Mejía, una joven familia de migrantes oaxaqueños recién dedicados al cultivo en los campos californianos en Estados Unidos. Un revelador retrato del valor con el que cientos de migrantes se levantan día con día con la esperanza de una vida mejor, a pesar de la incertidumbre y la añoranza por el pasado que implica habitar en un país ajeno.
Ahora, poco más de 25 años después, volveremos a tener noticia de los Mejía, quienes ya han crecido hasta la tercera generación en Estados Unidos, con el nuevo documental Oaxacalifornia: El regreso, que tras su exitoso paso por algunos de los festivales más importantes del mundo y dos nominaciones a los premios Ariel estrena este jueves en las salas de México.
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“Creo que la migración es el gran tema del mundo, ya sea que se haga por trabajo, por escasez de recursos o guerras. Es una situación global que en esta película se mira desde la experiencia individual de una familia. Pero más que eso, ésta se trata de una historia de la asimilación identitaria y el paso del tiempo. Muy pocas veces se conoce qué es lo que opinan la segunda o tercera generación de migrantes, qué es lo que ha cambiado en ellos, eso es lo que me parecía más importante”, comenta en entrevista con El Sol de México, Trisha Ziff.
La película captura los incansables esfuerzos de los Mejía por tratar de mantener vigente la identidad mexicana en la vida de los nietos, quienes se han tenido que enfrentar al choque cultural de ambas naciones, el racismo y la exigencia por parte de la sociedad para que elijan una de las dos identidades. Elementos que inevitablemente han influido en la percepción cultural de las nuevas generaciones, pues, como comenta la directora “la cultura es una combinación del lugar geográfico, la familia, y el contexto social en su conjunto”.
Aunque el filme documenta cómo es que los descendientes practican danza folclórica, interpretan música popular, celebran las tradiciones del día de muertos y semana santa e incluso vuelven al pueblo del que salió el primer Mejía en busca del sueño americano, la directora aclara que la versión de la cultura mexicana de los migrantes debe verse como un proceso particular.
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“Para muchos de los que son migrantes, parte de su cultura continúa y otra se pierde. En el caso de la familia Mejía, ellos buscan oportunidades para que sus nietos aprendan aspectos de su cultura, pero si la comparamos con la realidad de quienes viven en México va a ser en definitiva otra cosa. Además, hay muchos Méxicos en México. ¿Cuántos idiomas no se hablan y son distintas realidades? ¿A caso no hay diferencia entre la vida del campo y las ciudades? Por eso hay que ver que la versión que ellos tienen de México es muy específica y especial, como una doble mirada, desde adentro y desde afuera”.
Oaxacalifornia: El regreso, explora las nociones de hogar, identidad y lazos familiares; filmada a ambos lados de la frontera es un retrato íntimo de tres generaciones, que ilustra la realidad de cientos de familias que de debaten entre las distintas culturas de dos países diferentes.
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