Si bien cada lanzamiento de un nuevo libro representa un acto celebratorio, la presentación de la nueva publicación del historiador Enrique Krauze, Espinoza en el Parque México, que se llevó a cabo este miércoles 25 de octubre en el Colegio Nacional, fue todo un homenaje al trabajo de una de las mentes más críticas del México contemporáneo.
Y es que, en una gran muestra de aguda lectura y erudición, la poeta Malva Flores, el crítico literario Christopher Domínguez, el periodista Jesús Silva-Herzog Márquez, y los historiadores Rafael Rojas y García Diego, examinaron el contenido de este nuevo libro, en el cual Krauze mira en retrospectiva la primer etapa de su trayectoria intelectual.
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Se trata de un libro —planteado a modo de charla entre el propio historiador y el escritor español José María Lassalle— que repasa los orígenes judíos de los Krauze, posteriores a la Revolución rusa; aborda el proceso de modernización del Estado mexicano posrevolucionario; relata su época como estudiante de ingeniería en la UNAM y como historiador en el Colégio de México; así como su incursión como difusiór cultural, desde su participación en la conocida revista Vuelta, dirigida por el poeta Octavio Paz.
Este libro, dijo Malva Flores, destacó el modo en que Krauze puede tratar temas de gran erudición sin hacer uso de “un lenguaje indescifrable” y la tenacidad conque ha criticado los totalitarismos del siglo XX y lo que va de éste.
Memoria y alegato
“Su libro es una memoria y un alegato que opta por la forma del diálogo. Es un gesto de narrar la vida propia, no por medio de una confesión o una autobiografía, sino de una charla o un coloquio”, comentó Rafel Rojas
Esto lo comentó porque la publicación es también una serie de retratos históricos e intelectuales de grandes figuras de México y el pensamiento moderno: Spinoza, Kafka, Heine, Walter Benjamin; Daniel Cosio Villegas, Octavio Paz, Gabriel Zaid, entre otros.
El liberalismo de Krauze
Tras señalar que este libro es varios libros, Jesús Silva-Herzog destacó el perfil evidente de Krauze como crítico del poder, quien “taladra las capas de su propio liberalismo” y en la que no “hay abandono de ideas”, como bien lo podrían tachar algunos intelectuales “libertarios”.
“El liberalismo de Krauze no es un liberalismo geométrico, que se asuma continuador de una sola corriente filosófica, sino complejo, denso, hecho tal vez más de un temple que de un esquema ético” dijo el periodista.
Por su parte, Chistopher Domíngez se mostró muy sorprendido por la “gran humildad” de Krauze, pues es hasta ahora que podemos ver con profundidad y gran erudición los temas que más le han interesado al historiador: entre ellos la reivindicación de la figura del “judío no judío”, que se sobrepone a la marginalidad.
México, un país de extraodinarias figuras
A punto de finalizar la presentación Krauze dirigió unas palabras: “Yo viví como un milagro tras otro el conocer a los personajes de México. Lo confieso, cada vez que me hablaba Octavio Paz, tenía que rascarme y preguntarme si realmente me estaba hablando Octavio Paz.
“Este ha sido un país de extraordinarias figuras literarias, intelectuales o culturales. Haber dedicado la vida a acompañarlas, a leer de ellas y a aprender de ellas, ha sido uno de los más grandes privilegios que he tenido; porque, además de haberme ayudado y haberme dado ojos y corazón para comprender a este país, también me abrieron ventanas al mundo”, dijo Krauze.
Además éste relató que Espinoza en el Parque México tuvo su primer bosquejo en un poema homónimo que escribió tras la muerte de su padre y agradeció al público su presencia en esta presentación que sucedió a 75 años de su nacimiento.
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