ROMA, Italia. Lo cierto es que los italianos volverán a las urnas. Después del “semáforo rojo” presidencial al intento de formar un nuevo gobierno, el jefe del Estado, Sergio Mattarella, se dispone a crear un ejecutivo técnico llamado generalmente el “gobierno del presidente”, encabezado por el economista Carlo Cottarelli, llamado en práctica a encaminar el país hacia nuevas elecciones, que podrían efectuarse en septiembre próximo o en los primeros meses de 2019
Y esto sobre todo porque se trata de un gobierno con el destino prácticamente ya decidido, considerando que no cuenta con la mayoría en el parlamento. Las principales fuerzas políticas (con excepción del ex-gubernamental “Partido Democrático”) ya anunciaron su voto contrario. En este caso, el gabinete de Cottarelli se ocuparía solamente de los “asuntos corrientes”, allanando el camino para las nuevas elecciones
Es la conclusión, además de las polémicas que involucran al presidente de la Republica, Sergio Mattarella, de la larga y fallida búsqueda (85 días) de un acuerdo para formar un nuevo gobierno en base al resultado de las elecciones del pasado 4 de marzo. El negociado entre el M5E y la Liga quedó frustrado debido al veto que el jefe del Estado puso a Paolo Savona, destacado economista y candidato al ministerio de Economía, tradicionalmente crítico de la política económica de la Unión Europea (UE).
Esta posición hizo temer a Mattarella el riesgo de un enfrentamiento con la dirigencia de la UE, con probables consecuencias negativas para Italia, motivo por el cual rechazó el nombre de Savona (acusado de querer salir del sistema monetario europeo, basado en el euro) y de hecho el nuevo ejecutivo, basándose en los poderes que la concede la constitución. Savona reaccionó declarándose “víctima de un proceso a las intenciones”, desmintiendo que desea desengancharse del euro.
La decisión de Mattarella provocó la ira de Luigi di Maio y Matteo Salvini, líderes del M5E, y la Liga, que acusaron al presidente de la Republica prácticamente de ser subalterno a los “poderes económicos fuertes” y a países como Alemania y en parte Francia -que también serían contrarios a un gobierno integrado por un partido populista y antisistema y otro xenófobo-, y, por lo tanto, de no respetar la voluntad de los electores que premiaron a M5E” y la Liga con el voto del 4 de marzo.
Es más, el M5E” quiere inclusive el “impeachment” contra Mattarella.
Este es el nuevo escenario de la política en Italia, destinado a ulteriores polémicas también a nivel institucional, y en particular a asistir, ya a partir de estos días, a una nueva, larga y aguerrida campaña electoral.
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