Generación tras generación su familia se ha dedicado a la venta de globos en los puntos más concurridos de la ciudad… con tan solo 18 años, Wendy Castañeda Hernández, ya se unió al negocio que iniciaron sus bisabuelos.
Wendy es una joven que anhela estudiar la carrera de psicología, y a pesar de contar con el apoyo de sus padres, quienes la impulsan para cumplir su sueño, ella decidió por el momento, “seguir sus pasos”.
Relató que hace medio siglo sus bisabuelos se dedicaban a la venta de globos en el Centro Histórico de San Luis Potosí. Con el pasar de los años, tíos, primos y sus padres, decidieron continuar con la tradición, que “honradamente nos da para vivir”.
Wendy no cree en la política, ni en las promesas de los gobiernos, ella no espera becas, ni apoyos; prefiere trabajar para pagar sus estudios y convertirse en una profesionista.
“Para mí es un orgullo, porque lo han ido trabajando antepasados, es una manera honrada de ganarse el dinero, es de donde comemos, de donde vivimos, y a parte esto nos ha permitido conocer mucha gente de muchos lugares, con esto me han sacado adelante a mí y a mis hermanos”.
Aunque la venta es variada y en ocasiones el recurso reducido, platicó, que la venta de globos les ha permitido tener una vida digna; “un plato de comida nunca falta en casa”.
En la actualidad un globo puede costar desde 10 pesos hasta 150, los más caros son de personajes animados, aunque los niños prefieren los que están hechos con helio.
Wendy Castañeda Hernández creció “inflando” estos juguetes que gustan a pequeños y grandes. Desde niña ayuda a sus papás a cuidar los puestos que tienen instalados.
Mientras reúne el dinero para entrar a la universidad, seguirá vendiendo globos, hasta que un día pueda volar tan alto como los inflados con helio, como toda una psicóloga.