/ sábado 12 de diciembre de 2020

"Vidriero", oficio que sigue vigente; los Reyes, 60 años en el mercado

Su fascinante trabajo es el de suplir vidrio de mesas, ventanas, vitrinas y espejos, además de reconocimientos y diplomas

Algunos espejos se posan en la fachada del local número cinco del Mercado Camilo Arriaga en el Centro Histórico de la capital potosina, donde sus destellos parecen pregonar el delicado y meticuloso oficio que se desempeña en un taller familiar que lleva por nombre “Vidriería Reyes”.

Este espacio donde los reflejos parecen quedar atrapados bajo la punta que corta cada cristal, es uno de los locales más longevos de esta área comercial.

Se pueden utilizar placas de un grosor incluso de centímetros para elaborar “reconocimientos” o “galardones” / Alejandra Ruiz

Esta vidriería tuvo sus inicios hace más de seis décadas, donde el señor José Reyes Mexicano (†) comenzaría a realizar trabajos de los más finos y delicados para restaurar el vidrio de algunos muebles de época, hasta los cristales rotos por algún descuido.

Más tarde comenzaría con encargos de cancelería, corte y distribución de vidrios en sus diferentes grosores y magnitudes. Oficio que aprendería su hijo José Luis Reyes Macías desde muy pequeño y que ahora a sus 57 años de edad, continúa el legado de su señor padre.

Los trabajos que solicita la clientela, en su mayoría, son para suplir el vidrio de algunas mesas, ventanas, vitrinas y espejos / Alejandra Ruiz

“Anteriormente este local llevaba por nombre “Vidriería Bolívar”, pero al morir mi padre dejamos su apellido de estandarte. Este taller tiene un aproximado de más de 60 años, que es lo que consta en papeles de Hacienda, pero son aún muchos más, puesto que mi padre llegó apenas instalarse el Mercado Camilo Arriaga. Sin embargo, en este local tenemos desde el año de 1970”

“Mi padre ya era el vidriero de esta área cuando existían en esta zona las vecindades más conocidas de la capital, como “Las chinches bravas”, “Las hermanas diablo” y “Los pollos”. Él siempre se dedicó a cortar, poner vidrios y elaborar marcos para los residentes cercanos. Anteriormente mi padre todo lo elaboraba a mano, desde cubiertas para muebles estilo Luis XV, ovaladas, redondas y de todo tipo, hasta reparar algún tipo de desperfecto que tuviera que ver con su oficio”.

"Yo nunca me he lastimado, en todo este tiempo que llevo ejerciendo este oficio jamás me he herido de gravedad / Alejandra Ruiz

Todo el trabajo se realizaba a mano a “pura piedra”, es decir, se cortaba antes sin las máquinas que se usan ahora y se utilizaba una piedra para biselar y pulir el vidrio, de forma manual y con agua

Ahora José, a pesar de que posee las nociones de la antigua técnica de trabajo con la cual se apoyaba su padre para trabajar el vidrio, hoy la celeridad del tiempo y la cantidad de trabajo, le han impuesto conocer herramientas mucho más modernas que, le ayudan a agilizar su labor.

"El vidrio es muy noble y como es orgánico, natural, se presta para manejarlo de diversas maneras. Lo que más utilizo es la caladora de vidrio, la lija y el silicón" / Alejandra Ruiz

Ya ahora este oficio implica conocer nuevas herramientas. Con el tiempo ha sido algo obligatorio, puesto que se trabaja más rápido y mucho mejor. Pero al final el vidrio es muy noble y como es orgánico, natural, se presta para manejarlo de diversas maneras. Lo que más utilizo es la caladora de vidrio, la lija y el silicón

Según refiere José, el uso del vidrio a través de estos años no se ha modificado. Los trabajos que solicita la clientela, en su mayoría, son para suplir el vidrio de algunas mesas, ventanas, vitrinas y espejos; también se pueden utilizar placas de un grosor incluso de centímetros para elaborar “reconocimientos” o “galardones”, de las novedades que actualmente realiza son piezas para los cristales de automóviles, las cuales anteriormente tenían que ser pedidas a la fábrica que había ensamblado el carro.

Esta vidriería tuvo sus inicios hace más de seis décadas, donde el señor José Reyes Mexicano (†) comenzaría a realizar trabajos para restaurar el vidrio de algunos muebles de época / Alejandra Ruiz

José además refiere que el vidrio es un material muy fácil de manejar, incluso en grandes dimensiones. “Yo nunca me he lastimado, en todo este tiempo que llevo ejerciendo este oficio jamás me he herido de gravedad. Incluso he cargado vidrios de un grosor mayor a los 10 milímetros, con medidas que alcanzan los 2. 60 metros de altura. Me apoyo de ventosas para cargarlos, el reto es grande pero hay que perder el miedo”, señaló.

La clientela que acude a esta vidriería es diversa, pero indica este vidriero que son los vecinos del Barrio de San Miguelito los que más se distinguen por solicitar sus servicios, “Muchos de ellos se dan cita en este tradicional local para enmarcar alguna foto, título o imagen de su agrado. También piden mucho trabajo a domicilio para suplir ventanas, canceles y hasta vitrales. Los trabajos no me requieren mucho tiempo, hay algunos que sólo me requieren una hora para terminarlos. El vidrio es un material fascinante se puede cortar de diversas maneras y utilizar para infinidad de cosas, aquí lo que el cliente pida. La mayoría de mis clientes siempre remarcan al llegar aquí que “más vale viejo por conocido, que joven por conocer”, por eso vuelven”.

"Ya ahora este oficio implica conocer nuevas herramientas. Con el tiempo ha sido algo obligatorio, puesto que se trabaja más rápido y mucho mejor" / Alejandra Ruiz

Existen vidrios laminados, con cámara doble (para que no se rompan), templados, flotados y cálcicos. De todos ellos el cálcico es el que se puede fundir y romper con mayor facilidad, pues hay que recordar que el cristal proviene de un material orgánico. La resistencia del vidrio siempre dependerá de la temperatura en la que fue elaborado.

Los costos dependen del tipo de trabajo que requiera el cliente, el más económico que realiza José es el de cortar y dar forma al espejo retrovisor de un auto. También depende del cristal que soliciten, pues son tan diversos que la cantidad de trabajos que se pueden elaborar con ellos son demasiados.

“El precio depende mucho de la forma, en el caso de los cristales para carro, se tiene que dejar el espejo igual al que tenía originalmente el automóvil, este tipo de trabajo tiene un precio desde 50 pesos sólo para un “espejo retrovisor”. El trabajo más caro podría ser alguno que requiera el uso de algún cristal templado que en su menor tamaño podría llegar a tener un precio de 2,600 pesos, también un trabajo de costo elevado sería la elaboración de alguna vitrina específica”.

El oficio de la familia Reyes, es un recordatorio de que el vidrio como materia prima puede ser utilizado en diferentes formas, y que hoy a pesar de la crisis pandémica ser “vidriero” es un trabajo que sigue vigente. “Lamentablemente por el momento no puedo atender a la clientela a domicilio, pero mis servicios siguen a la orden para cualquier tipo de trabajo, si hay un vidrio roto o algún cristal que necesite ser reparado, pueden venir aquí y encontraremos una solución a su problema.” refirió José.

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Este espacio donde los reflejos parecen quedar atrapados bajo la punta que corta cada cristal, es uno de los locales más longevos de esta área comercial.

Se pueden utilizar placas de un grosor incluso de centímetros para elaborar “reconocimientos” o “galardones” / Alejandra Ruiz

Esta vidriería tuvo sus inicios hace más de seis décadas, donde el señor José Reyes Mexicano (†) comenzaría a realizar trabajos de los más finos y delicados para restaurar el vidrio de algunos muebles de época, hasta los cristales rotos por algún descuido.

Más tarde comenzaría con encargos de cancelería, corte y distribución de vidrios en sus diferentes grosores y magnitudes. Oficio que aprendería su hijo José Luis Reyes Macías desde muy pequeño y que ahora a sus 57 años de edad, continúa el legado de su señor padre.

Los trabajos que solicita la clientela, en su mayoría, son para suplir el vidrio de algunas mesas, ventanas, vitrinas y espejos / Alejandra Ruiz

“Anteriormente este local llevaba por nombre “Vidriería Bolívar”, pero al morir mi padre dejamos su apellido de estandarte. Este taller tiene un aproximado de más de 60 años, que es lo que consta en papeles de Hacienda, pero son aún muchos más, puesto que mi padre llegó apenas instalarse el Mercado Camilo Arriaga. Sin embargo, en este local tenemos desde el año de 1970”

“Mi padre ya era el vidriero de esta área cuando existían en esta zona las vecindades más conocidas de la capital, como “Las chinches bravas”, “Las hermanas diablo” y “Los pollos”. Él siempre se dedicó a cortar, poner vidrios y elaborar marcos para los residentes cercanos. Anteriormente mi padre todo lo elaboraba a mano, desde cubiertas para muebles estilo Luis XV, ovaladas, redondas y de todo tipo, hasta reparar algún tipo de desperfecto que tuviera que ver con su oficio”.

"Yo nunca me he lastimado, en todo este tiempo que llevo ejerciendo este oficio jamás me he herido de gravedad / Alejandra Ruiz

Todo el trabajo se realizaba a mano a “pura piedra”, es decir, se cortaba antes sin las máquinas que se usan ahora y se utilizaba una piedra para biselar y pulir el vidrio, de forma manual y con agua

Ahora José, a pesar de que posee las nociones de la antigua técnica de trabajo con la cual se apoyaba su padre para trabajar el vidrio, hoy la celeridad del tiempo y la cantidad de trabajo, le han impuesto conocer herramientas mucho más modernas que, le ayudan a agilizar su labor.

"El vidrio es muy noble y como es orgánico, natural, se presta para manejarlo de diversas maneras. Lo que más utilizo es la caladora de vidrio, la lija y el silicón" / Alejandra Ruiz

Ya ahora este oficio implica conocer nuevas herramientas. Con el tiempo ha sido algo obligatorio, puesto que se trabaja más rápido y mucho mejor. Pero al final el vidrio es muy noble y como es orgánico, natural, se presta para manejarlo de diversas maneras. Lo que más utilizo es la caladora de vidrio, la lija y el silicón

Según refiere José, el uso del vidrio a través de estos años no se ha modificado. Los trabajos que solicita la clientela, en su mayoría, son para suplir el vidrio de algunas mesas, ventanas, vitrinas y espejos; también se pueden utilizar placas de un grosor incluso de centímetros para elaborar “reconocimientos” o “galardones”, de las novedades que actualmente realiza son piezas para los cristales de automóviles, las cuales anteriormente tenían que ser pedidas a la fábrica que había ensamblado el carro.

Esta vidriería tuvo sus inicios hace más de seis décadas, donde el señor José Reyes Mexicano (†) comenzaría a realizar trabajos para restaurar el vidrio de algunos muebles de época / Alejandra Ruiz

José además refiere que el vidrio es un material muy fácil de manejar, incluso en grandes dimensiones. “Yo nunca me he lastimado, en todo este tiempo que llevo ejerciendo este oficio jamás me he herido de gravedad. Incluso he cargado vidrios de un grosor mayor a los 10 milímetros, con medidas que alcanzan los 2. 60 metros de altura. Me apoyo de ventosas para cargarlos, el reto es grande pero hay que perder el miedo”, señaló.

La clientela que acude a esta vidriería es diversa, pero indica este vidriero que son los vecinos del Barrio de San Miguelito los que más se distinguen por solicitar sus servicios, “Muchos de ellos se dan cita en este tradicional local para enmarcar alguna foto, título o imagen de su agrado. También piden mucho trabajo a domicilio para suplir ventanas, canceles y hasta vitrales. Los trabajos no me requieren mucho tiempo, hay algunos que sólo me requieren una hora para terminarlos. El vidrio es un material fascinante se puede cortar de diversas maneras y utilizar para infinidad de cosas, aquí lo que el cliente pida. La mayoría de mis clientes siempre remarcan al llegar aquí que “más vale viejo por conocido, que joven por conocer”, por eso vuelven”.

"Ya ahora este oficio implica conocer nuevas herramientas. Con el tiempo ha sido algo obligatorio, puesto que se trabaja más rápido y mucho mejor" / Alejandra Ruiz

Existen vidrios laminados, con cámara doble (para que no se rompan), templados, flotados y cálcicos. De todos ellos el cálcico es el que se puede fundir y romper con mayor facilidad, pues hay que recordar que el cristal proviene de un material orgánico. La resistencia del vidrio siempre dependerá de la temperatura en la que fue elaborado.

Los costos dependen del tipo de trabajo que requiera el cliente, el más económico que realiza José es el de cortar y dar forma al espejo retrovisor de un auto. También depende del cristal que soliciten, pues son tan diversos que la cantidad de trabajos que se pueden elaborar con ellos son demasiados.

“El precio depende mucho de la forma, en el caso de los cristales para carro, se tiene que dejar el espejo igual al que tenía originalmente el automóvil, este tipo de trabajo tiene un precio desde 50 pesos sólo para un “espejo retrovisor”. El trabajo más caro podría ser alguno que requiera el uso de algún cristal templado que en su menor tamaño podría llegar a tener un precio de 2,600 pesos, también un trabajo de costo elevado sería la elaboración de alguna vitrina específica”.

El oficio de la familia Reyes, es un recordatorio de que el vidrio como materia prima puede ser utilizado en diferentes formas, y que hoy a pesar de la crisis pandémica ser “vidriero” es un trabajo que sigue vigente. “Lamentablemente por el momento no puedo atender a la clientela a domicilio, pero mis servicios siguen a la orden para cualquier tipo de trabajo, si hay un vidrio roto o algún cristal que necesite ser reparado, pueden venir aquí y encontraremos una solución a su problema.” refirió José.

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