Al reforzar la Guardia Nacional los trabajos de revisión en el Aeropuerto internacional Ponciano Arriaga en la capital del estado, se ha detectado un incremento en más de cien por ciento en el trasiego de fauna de diversas especies, este incremento ha sido más notorio desde el inicio de la pandemia por Covid-19 en marzo de 2020.
El aumento en el envío de animales sin registro ni documentación oficial se refleja en el número de decomisos que de manera constante realiza el personal de la Guardia Nacional adscrito al Aeropuerto, donde mediante paquetes, pretenden enviarse de manera ilegal, animales que incluso están en peligro de extinción, algunos de ellos son traídos desde Paquistán, el Río Nilo, África y África Central entre otros países aunque también son reproducidos ilegalmente.
De acuerdo con personal de aeropuertos de la Guardia Nacional y de la delegación de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), antes de marzo los decomisos registrados eran en promedio uno o dos cada quince días, y desde el inicio de la pandemia el número de aseguramientos incrementó paulatinamente hasta a dos o tres eventos cada semana, a la par aumentó también el número de especies en cada envío, "antes eran uno o dos animales por paquete, ahora encontramos envíos que van hasta con mas de 10 o 12",comentó Pedro Martínez, inspector de la PROFEPA.
En los recientes aseguramientos que ha realizado la Guardia Nacional se ha rescatado a Cuatro serpientes Pitón Bola y una Boa Constrictor que llegan a crecer de cinco a seis metros, estas especies son nativas del Río Nilo básicamente, algunas criadas de manera clandestina para su venta en el mercado negro como mascotas.
La Guardia Nacional ha decomisado también 14 Geckos Leopardos que llegan a crecer hasta 40 centímetros, 6 Tarántulas, 7 Lagartijas, 4 Lagartos Arbóreo Terrestre, dos Ciempiés, un Escorpión Asiático, 43 piezas de piel de cocodrilo ya procesadas en taxidermia y listas para la elaboración de diversos artículos, al igual que un Camaleón, una Rana, tres plantas de Peyote y una de Órgano Crispado así como una tortuga.
Al respecto, tanto el personal de la Guardia Nacional, como de PROFEPA y cuidadores, destacaron la importancia de que la población evite adquirir animales exóticos como mascotas, más aún si no saben qué cuidados requieren, que alimentación es la adecuada, si tienen algún grado de toxicidad y sobre todo que tanto pueden llegar a desarrollarse, "ya luego que se dan cuenta y ven que no pueden con ellos, suelen abandonarlos y muchos de ellos mueren".
Es destacable que el número de especies enviadas en cada paquete incremento de una o dos, hasta más de 10 en cada envío, los principales lugares de destino y procedencia son Monterrey Nuevo León, Guadalajara, Guanajuato y Querétaro.
Pedro Martínez de PROFEPA destacó que la dependencia es contactada por la Guardia Nacional cuando ésta gracias a sus binomios caninos detecta la presencia de alguna especie animal y se procede a revisar la procedencia, si el paquete se acompaña de documentos que acrediten su legal traslado y posesión, así como las condiciones físicas, y se da seguimiento a la información, sin embargo por lo general los datos de remitentes y números de teléfono resultan ser apócrifos cuando se rastrean para dar con los responsables de los envíos y de quienes reciben, "el "ocurre" es el común denominador y al ser falsos los datos de envío es difícil dar con un responsable".
Sergio Valdes Palacios, cuidador de los animales asegurados destacó los riesgos tanto de tener este tipo de animales como mascota, como liberarlos en un ecosistema que no es el propio.
"Los animales que se decomisan, no todos son aptos para su liberación en suelo potosino puesto que si ecosistema original no le permite su adaptación y liberarlas podría generar por un lado su muerte inminente y por el otro, de llegar a adaptarse al suelo y clima locales, podrían convertirse en una plaga que amenace la vida de otras especies locales e incluso a las personas.
Algunas de estas especies tampoco pueden regresar a su hábitat natural puesto que son originarias de la India, Paquistán, y otros países, estas especies se resguardan bajo vigilancia tanto de la Guardia Nacional y de la PROFEPA en una Unidad de Manejo Ambiental a cargo de un veterinario que en colaboración con estas autoridades revisa las condiciones de cada animal, las atiende y de ser conveniente las libera previo trámite y vigilancia respectivas.
Los animales que son trasladados de esta manera, "son seres vivos que merecen libertad, algunos están en peligro de extinción y sufren en el trayecto, desde hambre, sed, enferman, se fracturan e incluso sufren de estrés al estar dentro de contenedores con poco espacio, por lo que no es recomendable adquirir ningún animal de manera irregular".