Es un ir y venir constante de personas, casi todas cargando paquetes, cajas, bolsas con las compras casi de última hora, en vísperas de Navidad. Un domingo muy activo en los alrededores de los mercados, de las tiendas del Centro Histórico. Un centro de la ciudad atestado de potenciales compradores.
Predominan los paquetes ya envueltos para regalo, y juguetes como triciclos, aquellos difíciles de envolver sin que se sepa su contenido.
Aún no se observan las miradas frenéticas en busca del regalo adecuado, pues todavía hay tiempo para seguir escogiendo, para seguir comparando precios. Un ir y venir de tienda en tienda, de mercado en mercado, una especie de viacrucis.
A veces hay parejas o familias en plena discusión en vía pública, por tardanzas en escoger un regalo, y la necesidad de irse a comer, o porque el artículo adquirido fue muy barato o muy caro. Y caras de niños ya aburridos, cansados de ese vaivén de la mano de sus padres.
Pero no todo es compra de regalos; los mercados como el “Miguel Hidalgo” y “República” tienen gran variedad de ingredientes para las posadas o la cena navideña. La venta de “bolos” a diez pesos o la fruta de temporada también forma parte de las ventas de un domingo muy apresurado, vísperas de Navidad.
Todo depende del menú de Nochebuena, y del recurso que quedó después de la compra de regalos; desde los tradicionales tamales, quizá un pollo rostizado, hasta la cena más complicada con sus respectivos aperitivos. O nada más una botana.
Pero todo ese ir y venir es vigilado por las miradas adustas de los elementos policiacos asignados a la vigilancia del primer cuadro de la ciudad, que hasta el momento no han reportado incidencias que lamentar, para fortuna de todos esos compradores potenciales.