Soledad de Graciano Sánchez.- Desde hace 15 años se instala un negocio de carnitas los fines de semana en la colonia Pavón, el consumo promedio es de 125 kilos de carne de cerdo, y aunque con el inicio de la pandemia han disminuido las ventas, se trata de un negocio familiar que como muchos, el objetivo es no cerrar y conservar los empleos que genera.
Sobre la avenida Del Valle se ubica la carnicería El Guadalupano, cada sábado y domingo, instalan en la vía pública este negocio de carnitas y chicharrones, que se ha convertido muy tradicional en este asentamiento.
Como en cada negocio de este tipo, no falta el característico cazo y la pala que se utiliza para mover la carne, y cuando ya está lista para sacarse, enseguida la colocan en vitrinas para venderlo; así, comienzan a despachar los pedidos de su clientela, sea maciza, buche, oreja, hígado o pata y chicharrón.
“Una buena carne, una buena receta y paciencia”, respondió Miguel Aguilar, al cuestionarlo sobre qué se necesita para hacer unas buenas ‘carnitas’, pues es necesario estar moviendo el cazo una y otra vez, para que no salga ni muy dorada la carne, pero sí bien cocida.
Miguel es integrante de la familia propietaria de la carnicería, y señaló como tantos otros negocios también padecieron las afectaciones económicas por el cierre de negocios y la restricción de horarios, ya que las ventas han bajado considerablemente y a estas fechas no se vende lo mismo que antes de haber iniciado la pandemia por el coronavirus.
Sin embargo, la venta de carnitas los fines de semana, como la carnicería abierta todos los días, son negocios que se han convertido en indispensables para quienes viven en esta populosa colonia e incluso, para quienes llegan de otras partes del municipio a consumir sus productos cárnicos.
De igual manera las personas que ahí trabajan, han adoptado las medidas higiénicas sanitarias, como el uso de cubrebocas y la aplicación de gel antibacterial a los clientes, así como el exhorto a que mantengan la sana distancia, ya que es un lugar muy concurrido y hay momentos en que se forman filas de clientes para comprar las ‘carnitas’.